—¿¡Que!? ¡No! No te puedes ir y dejarme aqui sola, ¿Lo que pasó entre no fue mentira? ¿Fue un engaño? Choi RoBin no me dejes— ¿Se está riendo? Hijo de mi suegra lo voy a matar
—Yah, tranquila, ¿Si? Solo son dos semanas, mucho tiempo lo sé, pero mi hermana nos necesita— Su hermana, si claro como no
—¡Pero me vas a dejar sola! Vas a dejar sola a tu novia, sola en un mundo desconicido—
—Estas muy dramática el día de hoy, ¿No lo crees?—
—¡Si! Estoy en mis putos pinches días, pero ese no es en punto, ¿Me vas a dejar? Lo sé—
—¿Crees poder tener excusa para irte dos semanas a Corea?— me miró con burla, lo odio
—¡RoBin! Yo te amo, no me dejes aqui—
—Te traeré algo de Kumamon—
—Ten buen viaje mi amor— me pare de puntitas y bese su mejilla —Recuerda cargar tu celular para que no te quedes sin pila, y si quieres mandarme un mensaje cuando llegues y así no me preocupe si es que se cae un avión y pienso que es el tuyo—
—Que positiva eres—
—Lo se—
Ambos reímos.
Cómo habían leído, RoBin se iba a ir dos semanas, me iba a dejar, ¡Me iba a abandonar! Bueno, disque su hermana está toda mensa y necesita la ayuda de sus papás y de RoBin, además de que les quiere presentar a su nuevo galán de kdramas, ¿Entienden? Aquí es de novelas, y en Corea de kdramas, jajaja, ¿No? Ya, lo siento, ando en mis días. Bueno, no se qué haré sin el amigos, moriré, moriré lenta y dolorosamente en un charco de sangre en mi cama. Okey, si, se nota demasiado que ando en mis días de sensibilidad al extremo.
[. . .]
Hastag mi novio ya se fue y estoy en mi habitación querido matar a todos. Literalmente Fred se encerró en su habitación porque casi lo mato cuando llegó al departamento. Digamos que estaba enojada porque alguien se acabó el arroz frito que hizo la señora Choi, y le enoje, y el llegó, y le desquite con el, y como que ahora tiene una mordida enorme en su brazo izquierdo y un moretón en su pómulo izquierdo. Me estoy volviendo salvaje. Si, soy una Rayita como todas cuando les la la regla, una maldita exagerada y molesta, ¿Que querían? Soy una Raya, soy cliché.
Escuché que tocaron dos veces la puerta de mi habitación, para después abrirse y dejar ver a un castaño con una bandeja de comida entre sus manos, ¿Comida? ¡Yo quiero! Tengo hambre, ¡Pausen todo! Dato sobre mi en mal días, me da demasiada hambre y puedo comer demasiado y no engordar, mi organismo es genial. Bueno, reanuden todo, Freddy me miró como esperando mi autorización para entrar, supongo que Fred ya le contó lo que sucedió hace un rato.
—Pasa—
Entro completamente y se acercó a mí, para dejar la bandeja de la comida en el mueble que se encontraba al lado de mi cama.
—Cualquier cosa me dices a mí, Fred no sabe cómo tratar a una chica en estos días—
—¿Y tú si?—
—He cuidado a Chica, y no es agradable— sonrió —Te cocine algo, quizás no sea la comida de la familia de tu novio, pero trate de hacer un intento—
