I. El regreso del hijo prodigo

0 0 0
                                    

- ¡Aseguren el barco y el cargamento!, ¡suelten amarras! - vocifera el capitan del barco Zenithar, mientras este atraca a uno de los muelles de la ciudad de Leyawiin, capital del nuevo y creciente reino del mismo nombre y los marineros comienzan a descargar cajas, suministros y provisiones del barco, originarias de diferentes pueblos y ciudades a orillas del rio Niben, un rio tanto ancho como profundo que naciendo en el lago Rumare y cruzando el reino de Leyawiin y del Nibenay libera sus aguas al mar de Topal.
Junto a ellos bajo un hombre delgado de unos veinticuatro años de edad, blanco, rasurado, cabello castaño y corto, rasgos propios de su gente, los nibeneanos, con una mirada somnolienta y vestido con una camisa de rayas de color verde y blanco, con el blason costurado del semental blanco y pezuñas doradas, el emblema de Leyawiin; un pantalon gris, botas de cuero de buey y un turbante rojo y blanco. Listo, preparado y tomando sus cosas dejo atras el barco, caminando por el muelle.
Avanzando ya varios metros, cerca del anden de la orilla, hay alguien muy apreciado esperando
- ¡Asto!, ven deja que te abraze. Que alegria volver a verte, hermano. Parece que no ha pasado tanto tiempo. - al tiempo que observa a Asto de pies a cabeza, evaluandolo.
- ¡Igualmente, hermano! Han pasado cuatro años Cunio, tampoco es que me haya pasado media vida afuera para verme tan distinto.  volteando a ver su hermano

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 14, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Hijos de LeyawiinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora