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La tienda estaba prácticamente vacía de no ser por las vendedoras y vendedores, alguno que otro cliente, algunos insatisfechos y otros muy felices. Jung Hoseok miró hacia todos lados buscando el área de las gorras.
Había estado demasiado tiempo buscando una gorra roja que había visto en internet, al no confiar en aquellas páginas decidió buscarla por todos lados pero parecía que nadie tenía nada como esa de la cual se había enamorado.
Miró hacia el estante y vio como un chico sostenía una gorra roja, y mierda, era exactamente la que andaba buscando.
Se acercó lento pero seguro y miró al muchacho por unos segundos. Era malditamente tierno y no quiso apartar su mirada de él incluso aunque este lo miró por unos segundos demasiado indiferente y malhumorado. O por lo menos era lo que sus mejillas infladas hacían entender. Apartó su mirada al notar la incomodidad del muchacho.
- ¿Tiene otra igual a esa? –Apuntó la gorra que el chico tenía en las manos y el vendedor elevó una ceja como si rebuscara en su cerebro-
- No, trajeron solo esa porque es un modelo casi único. Hay solo cinco y la mayoría las venden por internet –Hoseok bufó, debió de haber aceptado la compra por internet-
- Me la llevo –Habló esta vez el chico más bajo-
- ¿Qué? Pero si yo quiero esa –Hobi se exaltó y el chico de ojos gatunos lo miró con una mueca de desagrado-
- Pero yo llegué primero, no es problema mío que la quieras –Respondió-
Jung Hoseok había perdido la gorra de sus sueños esta vez y asintiendo salió de la tienda con su característica boca en triángulo. Era realmente tierno al verse frustrado.
Escuchó la campanita sonar y se acomodó en la banca sin mirar a nadie, el piso parecía ser un buen lugar para posar sus ojos.
Sintió el peso de algo sobre sus piernas y elevó un poco la mirada pero solo pudo divisar una bolsa blanca con la marca de la tienda y una caja de marca. Miró hacia todos lados y vio como el chico malhumorado de la tienda caminaba sin nada en las manos.
Abrió la bolsa y revisó, era exactamente aquella gorra roja de la cual se había enamorado y ahora no parecía compararse a aquel chico bonito y tierno que le había dejado una maldita nota.
❝Tu boquita de pato es realmente bonita, niño. No te acostumbres a que te regale mis cosas, pero simplemente no podía dejar que tus ojos se mantuvieran apagados de esa forma. Sonríe, apuesto a que tu sonrisa es hermosa. Llámame❞
Había adjuntado su número a un costado y Jung Hoseok aquel día se había ganado dos cosas:
1- Tenía la gorra de sus sueños.
2- Un chico llamado Min Yoongi parecía estar interesado en él y no podía sentirse mejor, porque sus ojos gatunos eran demasiado increíbles. al igual que su bonita nariz y su linda sonrisa de gomita.
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