Introducción

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Quinta Humboldt, El Calvario

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Quinta Humboldt, El Calvario. 1992.

          La tenue luz de una vela era su única arma contra la oscuridad que amenazaba con devorar la habitación

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          La tenue luz de una vela era su única arma contra la oscuridad que amenazaba con devorar la habitación. Cinco figuras sentadas en torno a ésta yacían expectantes y en un silencio sepulcral, observando con pesadez y misterio las imágenes que evocaba aquella llama en sus pensamientos. Imágenes que danzaban en el fuego, reflejando en sus miradas lo que todos querían ocultar.

La mayoría, con nervios, observaron a su alrededor tratando de adaptar sus ojos a la negrura del lugar pero era casi inútil, la tambaleante llama no era suficiente contra la oscuridad que parecía consumir la poca luz que emanaba la vela. Por lo que sabían, el cuarto de la torre era una suerte de depósito donde, por lo que habían investigado, se guardaban parte de las pertenencias de los antiguos propietarios de la casa. Tampoco podían ignorar que por alguna razón que ni eran capaces de adivinar, estaba prohibida. Eso era en cuestión lo que los habían arrastrado hasta allí, la curiosidad que como uno de los tambores de Barlovento, hacía que palpitaran con fuerza sus corazones.

―No deberíamos estar aquí...―dijo una chica, nerviosa. Su voz rompió aquel silencio haciendo eco en las paredes de la habitación. Algunos se sobresaltaron.

―No, en realidad no deberíamos. Pero entramos, los cinco estamos aquí y no vamos a echarnos para atrás.

―Pero Verónica...

―Ya Katherine se cagó toda. ―Agregó una voz masculina en tono de broma mientras encendía dos velas más, de la misma llama.

―No me importa lo que digan, ustedes decidieron estar aquí, nadie los obligó. Así que ahora todos callaremos y escucharemos una historia. ―Respondió esta, decidida. La llama pareció arder con más intensidad al ritmo de sus palabras por lo que se comenzaban a detallar sus facciones.

Ahora la habitación se encontraba un poco más iluminada, pero esto no quitaba que siguiera en penumbra. Gracias a esto, los cinco jóvenes lograron ver sus rostros y observar un poco más a su alrededor.

Aquel lugar estaba repleto de objetos cubiertos por el polvo de muchos años de desuso. Desde muebles a candelabros, viejas ropas y juguetes que ahora aterrorizaban a los jóvenes. Verónica observó un cuadro que estaba un poco torcido, colgado en una de las paredes. Una hermosa mujer con un vestido negro, ojos verdes y una larga cabellera oscura posaba en él, entre sus manos sostenía una rosa roja mientras que en sus facciones se mostraba cierto pesar. Pero fueron sus ojos verdes, llenos de melancolía que parecían hurgar en lo más profundo de su alma los que hicieron apartar su mirada de la pintura.

Sus ojos examinaron el resto de la habitación y encontraron a un joven, un poco más separado del circulo que formaban, que jugaba con la cera de una de las velas.

―Víctor. ―Lo llamó.

Él levantó el rostro ante la mención de su nombre. Todas las personas allí presentes lo observaron, expectantes de sus actos. Víctor, con paciencia, se puso de pie y con la seguridad de quien conoce tanto una habitación que no necesita luz para guiar sus pasos, se acercó a una esquina de ésta donde, entre telarañas, reposaba un objeto tras una polvorienta sábana.

En silencio metió una mano en su bolsillo, sacando un cigarrillo que luego pondría entre sus labios seguido de un encendedor.

Víctor prendió el encendedor, acercando el fuego a sus labios. La luz de la llama iluminó su rostro marcando cada rasgo de éste. Sus labios se notaban pálidos, mejillas hundidas con pómulos vagamente marcados y el brillo del fuego ardiendo con intensidad en sus ojos. Dio una profunda calada al cigarro sintiendo la calidez del humo en sus pulmones para luego exhalarlo con lentitud.

―Ahora escuchen con atención, porque la estadía del pintor y su esposa en esta casa... sería tan efímera como la vida de este cigarrillo.

Y entonces jaló la sábana.

Barlovento: Es una sub-región ubicada en el Estado Miranda, Venezuela

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Barlovento: Es una sub-región ubicada en el Estado Miranda, Venezuela. Es conocido por su gente y sus bailes . Su folclore es de gran importancia, está compuesto principalmente por los tambores afrovenezolanos. 

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