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L.S. ◢◇◆◇
El viento golpeaba su rostro mientras miraba atenta el paisaje, a decir verdad le resultaba agradable la sensación del viento contra su rostro y cabello, la limusina avanzaba y y sólo podía pensar en cuanto extrañaría a su padre y como se sentía siendo dejada a cargo de la familia sakamaki, ni siquiera los conocía.
El coche se detuvo, bajo su equipaje y admiro la gran mansion, esa imponente reja negra que apartaba la mansion de el mundo exterior, sólo pudo escuchar como la limusina avanzaba a sus espaldas, la reja estaba entreabierta, así que decidió entrar el jardín de aquel lugar tan sombrío, estaba repleto de rosas, a lo lejos pudo divisar una fuente que era coronada con una gárgola dándole un aspecto gótico.
Se detuvo enfrente del portón, su madera estaba notablemente vieja y deteriorada por el tiempo, tocó y nadie abria, espero unos minutos y tocó una vez mas, este se abrió solo dandole un susto, desconcertada debatió internamente si entrar o no, finalmente lo hizo, miro los alrededores una voz la hizo pegar un pequeño brinco.
- Es de muy malos modales entrar así a un lugar -Ella volteo encontrándose con un alto joven, sus ojos eran de un color majenta intenso, su cabello negro azabache hacia contraste con su piel exageradamente pálida portaba unos lentes y vestía elegantemente.
- Uhm, lo siento mucho nadie abría -contestó ella algo apenada- ¿Usted es un sakamaki? -pregunto.
- ¿Si, se le ofrece algo? -Preguntó el azabache mirándola con frialdad, la menor hizo una reverencia.
- Mi padre me ha dicho que viviría aquí por unos meses debido a asuntos de trabajo, su compadre tougo me dejo quedarme aquí -Respondió esta algo exasperada.
- O ya veo, sígueme por favor - Reiji comenzó a caminar sin esperar a la blonda que tomó rápidamente su equipaje y troto hacia el.
Llegaron a el living sakamaki, ella tomó asiento el lugar era bastante grande, Reiji se retiró, miraba a todas direcciones topandose con un joven rubio que dormia tranquilamente sobre un sofá, tenía audífonos y su piel era igual de pálida que la del azabache este abrío uno de sus ojos que reflejaba pereza dejando que ella pudiera ver ese azul intenso que poseía, en ese momento Reiji volvió a entrar al living, traía consigo un juego de té, lo dejo en la mesa de centro y miró a la blonda.
- Bien señorita, déjenos saber de su boca quien eres y por que estas aquí -dijo Reiji.
- Bueno um yo...
- Nfu~Nfu are, are, are ¿Es cierto que hay una hermosa niña humana por aquí? -Lo decía mientras bajaba los escalones lentamente y miraba a todos con una sonrisa, el joven que
acababa de aparecer tenía el cabello castaño oscuro, unos ojos verdes esmeralda que irradiaban lujuria, una sonrisa burlona asomaba su rostro su piel era extremadamente pálida y portaba un sombrero.De un momento a otro este se encontraba a su lado junto con otros dos jóvenes. Dejandola algo sorprendida pues no había pasado ni un segundo.
- Ore-sama exige saber quien es la Sin Tetas -Dijo ahora un pelirrojo su cabello parecia el mismo amanecer sus orbes esmeralda la miraban detenidamente.
- Mmm huele delicioso -dijo ahora laito lamiéndo la mejilla de provocando que gritara.
- Yo quiero probar -pronuncio un joven pelílila de orbes del mismo color, tomó la mano de la blonda para después lamerla.
Volvió a gritar y Reiji regaño al pelílila y al castaño por su mal comportamiento.
- kanato, laito ¿No creen que es un comportamiento inapropiado para una dama a la que acaban de conocer? -Reprendio Reiji.
- Ore sama la probara primero -Dijo el pelirrojo con aires de grandeza.
- Que patético que te llames así mismo como el mejor Ayato -Ahora se hallaba a otro joven en una esquina del living su cabello era blanco al igual que su piel sus ojos eran rojos como la sangre - Olía a asqueroso humano por aquí -hizo una pausa mientras la miraba cabreado- Así que eras tu, ¿Cómo te atreves a interrumpir mi precioso sueño?
- ¿Cómo apareciste tan rápido? -pregunto ella confundida.
- Mi pegunta primero!!! -Grito subaru con furia mientras golpeaba una pared con una fuerza impresionante haciendo que esta se agrietara.
-
Basta -dijo Reiji- ahora permitenos precentarnos, el es el mayor, Shu -Señaló al rubio que dormia tranquilamente absorto en la música- yo soy el siguiente, Reiji -se señaló a si mismo- el es el tercero Ayato -el pelirrojo sonrió con Sadismo.
- No escaparas de mi -dijo este Cómo todo un egocéntrico con su sonrisa remarcada.
- El es Kanato
- Espero poder convertirte en una muñeca -dijo este con una sonrisa escalofriante mientras apretujaba su oso de felpa.
- Laito
- Vamos a divertirnos todas las noches Bitch -Dijo el castaño con una sonrisa giñeandole el ojo mientras ese brillo en sus ojos parecía aumentar.
- Y el último, Subaru -
- Tsk que pérdida de tiempo -el peliblanco chasqueo la lengua una vez más con el ceño levemente fruncido y notable enfado en su voz.
- Y-yo creo que es un mal entendido mejor me voy -dijo con algo de nerviosismo mientras se levantaba de el sofá donde se encontraba hace momentos sentada, Ayato le puso el pie provocado que esta cayera al suelo y su rodilla sangrara.
En la mirada de todos los vampiros se podía notar un destello que nunca había visto, con exepcion de Laito, ella pudo notar los colmillos asomar por las comisuras de los labios haora entreabiertos todos los precentes.
- Vampiros... -Susurro para después sacar de su bolsillo una cruz de plata - tomen esto - dijo poniendo la cruz enfrente de ellos mientras cerraba lo ojos con fuerza y seguía hincada en el suelo, sólo se escuchó una risa perteneciente a Shu.
- Sinceramente ¿creías en ese cuento de hadas donde aseguraban que la luz del sol el ajo y las cruzes podían derrotar a un vampiro?, eso solo muestra que tan ignorantes pueden llegar a ser los humanos, solo hace que me efande más -dijo Reiji mientras se sentaba con un libro en sus manos.
Ella salió del living corriendo a lo que solo Reiji. pudo decir - Sus modales son deplorables... -se cerró la puerta de un azoton mientras escuchaban los pasos de ella alejarse.
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||¿vαмρirσs?||
.sєє yσυ...
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вℓσσ∂ αท∂ ℓυsτ
LosoweNunca imagino que podría enamorarse de alguien más que no fuera cordelia