#9 La Llegada

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Despues de una semana completa de viaje, en donde las alturas eran mi mayor problema ya que se tapaban mis oidos y sufria de arcadas cada media hora, llegué a mi destino. Con un dolor indescriptible en mi corazón y con la mayor incomodidad del mundo al sentir que ya no era mi espacio.
Mi nueva casa era el segundo y tercer piso de la casa de mis abuelos paternos y digamos que de lo que vivía con mis padres (con ellos somos 3) a vivir con mas de 5 personas (porque no solo son mis abuelos, ademas es mi tia y sus tres hijos) es algo un tanto complicado de asimilar.
Pasada una semana de habernos establecido en la nueva casa mi madre, en conjunto con su hermana, fueron a buscarme un nuevo instituto superior. Me hacia ilusiones en el que estaria estudiando en un lugar grande -tanto como lo fué mi antiguo instituto- y esa fue una busqueda de poca mas de mes y medio.
Por otro lado, me costaba socializar con mi familia materna ya que, si se trata de describirlos en una palabra, seria: "perfectos"; no les "parecia" mi comportamiento un tanto "de varones" como ellos me describian, tenia que ser mas femenina y eso incluia mi manera de vestir y crean, les digo, que para ese tiempo, ni ganas de salir de mi cama tenia. Mi "estilo" de vestir consistia en un pantalon super olgado color verde, una camisa que me comia el cuerpo completo color blanco, una coleta de caballo caida y unos tenis color morado ademas de que tenía unas "hermosas" ojeras que adornaban mi redonda cara. El concepto mal formado que tiene mi familia es que "mientras mas limpia y pura te veas, serás la primera en llamar la atención" y lo que veian en mi, contradecía todo lo anterior.
Y no solo les bastaba con meterse con mi apariencia, no nada de eso, mi comunicación para ese entonces era: "si" ; "ok" ; "no" ; "no me gusta" ; "hola" y finalmente "adios"... Me retraia mucho en hablar y no era por miedo, era porque la confianza que teníamos no era la suficiente como para salir a jugar y gritar como loca desesperada por toda la casa (cosa que ellos hacian mientras jugaban)
Y me parecia algo inmaduro de su parte que me regañaran por ser "tranquila" y siempre andar abrazando un cojín de sillón.

Las noches eran lo que menos me gustaban, ya que no conciliaba el sueño. Se me hacia muy dificil el pensar que ya no estaba en mi cuarto, ya no estaban los sonidos de las cigarras el cual me encantaba y además las noches eran frias; cosa que allá no era. Pensaba en como estaría mi cuarto, en cómo estaria de lleno ese hermoso arbol de mangos que daba al balcón, en lo sucio que estaria el almacen en donde guardabamos las herramientas de mi padre,etc... Por eso y otras cosas mas la verdad es que no me sorprende el porqué no hablaba mucho con las personas, inclusive la comunicación con mis padres era poca.

Llegó un dia en el cual, mi tia nos citó a toda la familia de parte de mi madre a celebrar el 24 de diciembre que todos sabemos que es vispera de navidad, y mi madre muy ansiosa me compró un conjunto para utilizar esa noche muy lindo que traía una chompa color marrón, un pantalón negro con tela polar por dentro y unas botas color marrón con una bolita super suavecita en la punta de estas. Me coloqué ese conjunto y con mis padres fuimos esa noche.
Nos recibieron con un abrazo muy fuerte y una taza de chocolate caliente con pequeñas nubes de azucar en ella; me pareció extraño ya que no acostumbraba a tomar eso pero admito que me gusto mucho y pedí otra y otra hasta saciar mi estómago de esa delicioso bebida.
Llegada la cena, comimos pavo con relleno de carne molida y pasas en compañía de un vino dulce de color rosado; y en todos los asientos había una copa, entonces fui con mi madre para ver si me podian quitar la copa que estaba en mi asiento ya que nunca antes había probado alcohol y me daba miedo y vergüenza el tomar licor frente de mis padres, a lo cual mi madre respondió con una linda sonrisa y dijo: "No tienes de que preocuparte, pienso que deberias de probar pero eso no significa que te acabaras una botella completa, con tal de que nos acompañes con una copa no hay problema. Te doy mi consentimiento pero solo por esta vez" finalizó sus palabras con un guiño y un beso en mi frente. Estaba algo consternada con la respuesta de mi madre pero si ella me dió su consentimiento, no podria negarselo.
Al brindar por la salud de todos, llegó la hora de probar ese liquido que, según mi tio, no embriaga como otros licores. Así que tomé un pequeño sorbo y en la boca sentia un dulce muy rico y suave, pero al tragarlo es muy diferente, no se si así se debio de haber sentido pero mi pecho me quemaba y la sensación no era nada agradable. Eso al inicio pero despues de varios sorbos mas esa sensación desaparecía.
Solo faltaba media hora para que llegue las doce de la media noche y fue en ese momento en el cual mis tias, de una bolsa negra, sacaron algunos regalos para la familia: una caja muy pequeña y alargada color rosa para mi mamá, un set de lapiceros dorados que incluía un pequeño sobre blanco decorado con un moño color azul para mi padre y para mí, que creen... UN GRANDE ABRAZO... Yei...

Llegamos a enero y mi madre tuvo la grande idea de inscribirme a una "academia de matematica" en la cual -segun ella- podría conocer a nuevas personas y ver en que nivel me encontraba para poder seguir estudiando. No me pareció la idea ya que ella sabia que captaba las cosas fácilmente y para parecer un poco mas "compasiva" con ella le dije que en estos momentos no deberiamos de estar gastando dinero que nos podria servir para cosas mas utiles, pero, asumo que descubrió mi "palabrería" y pasó a explicarme cuando comenzaban esas clases.

Llegado el dia, mi querida madre no me dijo (y quiero pensar que se olvido) que iba a asistir a dicha academia con mi prima -la mas "popular" de mi familia- y para colmo estaba en mi misma aula y todo esto significa que iba a estudiar conmigo, cosa que aun era mas agobiante para mi.

No le tomaba mucha importancia a esas clases por múltiples razones: una es que en un salon que escasamente entraban 25 personas bien acomodadas... UBICABAN A MAS DE 45, lo cual lo hacia super incomodo, segundo es que las ventanas no eran muy grandes y era un poco dificil el respirar y esto provocaba malos olores que emanaban de los chicos que estaban en el aula, tercero y ultimo ya estaba harta de tener clases los sabados a las 7 de la mañana. Como pueden notar, las amistades eran lo de menos para mi ya que no me interesaba congenear con personas las cuales, dentro de un corto tiempo para ese entonces, ya no las iba a volver a ver en mi vida.
Y mi personalidad ya formada se desvaneció como si de una gota de agua se tratase.
Y así fue como entre a el instituto; con un aura de pesimismo y muerte fúnebre a todos. El primer dia fue la presentación de todo el plantel y alguna información extra que planteaba el instituto, un tanto tediosa ya que comenzaron con una misa y yo soy atea, entonces busque una manera de evitarla y decidí darme un paseo por el lugar. No era la gran cosa, era pequeño y no tenía muchos laboratorios, exactamente había uno y parecía un salón cualquiera; el patio de receso era un cuadrado de 20 x 20; tenía una mala distribución de salones y los techos tenían fugas de agua. Muy diferente a lo que me imaginaba.
Al finalizar toda la ceremonia, se nos indicó a qué salón debíamos ir, me correspondía el salón 5 en el segundo piso y que en poco tiempo iría nuestra tutora a explicarnos algunas cosas. Las chicas me miraban extraño pero no les tomaba importancia alguna hasta que una señora que tenía los años del mundo captó mi atención. Dejo su maletín en una mesa y de ella saco un papel y un lapicero: " pasaré lista, por favor respondan con un presente" y con una voz muy fuerte llamo uno por uno los apellidos de las chicas; hasta que repentinamente paró y entre cerró los ojos en una parte de la hoja. Dado a que mi apellido es un poco difícil de pronunciar y era común que me pase eso solo alcé mi brazo y dije: "presente". La señora alzó la mirada y con un ademán me indicó que me pare a su lado.
Solo obedecí a ello y habló en un tono tranquilo: " ella es nueva en este salón así que démosle la oportunidad de que se presente"; la verdad no me apetecía decir nada sobre mi, así que solo vocalice un "hola" y me fui a mi silla. A mi espalda escuchaba murmullos y algunas risas; pero hubo un comentario que me llamó la atención " no es de aquí... Esto es interesante"

Los Imprevistos Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora