Extra: Solo una sonrisa

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  Gumball: 

 Por fin es nuestro  primer fin de semana sin nuestros padres, apenas estaba amaneciendo y no quería levantarme de mi hermosa cama pero tenía que hacerlo, cuando me senté en la orilla de la cama vi a Darwin dormido en la suya, lo cuál me hizo marcar una pequeña sonrisa. Me acerqué hasta el gateando y poder subirme a su cama, me adentre en las cobijas mientras observaba su hermoso rostro de cerca. Fue cuando entonces sentí como me abrazo, para ese momento el ya estaba despierto. Yo solo dejé marcada mi sonrisa, aun que mis mejillas estaban un poco más rojas y calientes, por lo que simplemente me escondí en el pecho de el.  

  -Oye, despierta, hoy tenemos que ir de compras con Anais. Si no lo hacemos nos matará.- 

  -¿No podemos estar todo un día dormidos? Solo tu y yo.- 

Dios, ese hombre me mataba de amor, pero por más que su propuesta fuera tentadora la rechacé, el solo me dejo de abrazar, marcando un beso en mi cabeza, para después sentarse en la cama. 

  -Esta bien, vayamos, ahora tu eres más responsable- Dijo mientras rodaba un poco los ojos. 

No era que yo allá cambiado, simplemente me ponía algo nervioso y sobre que Anais nos mataría era demasiado cierto. Por lo que no había dicho nada, solo me quedé en un silencio mientras yo también me sentaba en la cama y observaba las cobijas. Cuando subí la mirada el ya se estaba quitando la camiseta, lo que hizo que me cubriera con las cobijas. 

 -Sabes, yo iré con Anais para desayunar te espero allá.- Dije. 

No me importaba el salir en pijama, por lo que bajé lo más rápido posible y me senté en alguna se las sillas de la mesa del comedor. El desayuno ya lo había servido Anais, por lo que simplemente lo observé sin dar un bocado, mi respiración estaba agitada por correr de la habitación y solo sentí la mirada de mi hermana. 

 -¿Te encuentras bien?- 

 -Si, solo con demasiada energía.- Reí un poco para comenzar a comer, mi risa había sonado de lo más falsa. 

 -¿Okay?...- Ella continuó su desayuno. 

Darwin, bajó de las escaleras y llegó con nosotros para sentarse, comenzar a desayunar, todo esto, sin ninguna palabra o gesto. 

Anaís y yo sentíamos una tensión por lo que ella hizo un comentario, pero para mí hizo que volviéramos a caer en lo mismo.

—¿Qué haremos el día de hoy?—

—Lo que quieran para mí estará bien— Dijo Darwin para vernos un momento y continuar con su desayuno, esto no duró ni tres segundos.

—Pensaba en que podíamos ir al centro comercial, ¿Les parece bien?— siguió insistiendo Anaís.

—Por mi no habría problema— En tono frío.

Después de desayunar así fue, hicimos nuestras compras en las cuales yo solo sonreía pues me recordaba mucho cuando Darwin y yo éramos más pequeños juntó con Anaís, me había encantado hacer travesuras. Ahora estoy con problemas de adolescentes, en los cuales antes nunca me había preocupado.

Darwin no marcaba ninguna sonrisa, Anaís y yo íbamos riendo en casi todo el trayecto, si era algo extraño que él no lo hiciera, pero probablemente era por algo que le molestó.

  Anaís sabía que debíamos comprar por lo que no tuvo problema en guiarnos en todo el transcurso, mientras claro Darwin y yo íbamos alado de ella. El en la derecha y yo en la izquierda, algo que me recordó a cuando la cuidamos cuando era un poco más pequeña, debo admitir que fue muy gracioso, pero nos había regañado nuestra madre de una forma horrible.

Cuando compramos todo lo necesario volví a ver a Darwin para saber si por lo menos sentía nostalgía, era claro que no. Lo veía varias veces para saber si sonreía, incluso cuando él estaba distraído y revisaba algunos productos. El si notaba mi mirada por lo que cada que me observaba yo fingía rápidamente el no prestarle atención.

En un momento nos quedamos solos, ya que Anais estaba perdida en los dulces, estaba cerca, no es literal el perdida, solo un decir. Me acerqué a el para estar a su lado y observarlo.

—¿Qué tienes?—

—Nada, ¿Por qué?—

—No haz sonreído en todo el día— mis ojos miraron abajo de lado derecho.

El me abrazó y marco un pequeño beso en mi frentes, aún que eso no era lo que yo buscaba, pues aún que me gustaba su cariño el no marco ninguna sonrisa, podría decir que hasta fue muy seco el demostrar sus "emociones".

—Esa muestra de afecto fue tan falsa—

—¿Qué esperabas entonces?—

—Yo no busco en este momento el que me demuestres cariño si sólo es por qué te lo digo. Lo que yo quiero es que sonrías, demostrando felicidad propia, es entonces cuando sabrás si me mostrarlas afecto por tu cuenta o no—

—¿Acaso creés que lo hago por obligación? Aún que yo no me atreva a sonreír y te demuestre afecto es por qué te quiero. No por que alguien, ni siquiera tú me este obligando— Él, marcó una pequeña sonrisa para ver a los lados y darme un beso muy pequeño en los labios, asegurándose de que nadie estuviera cerca. —Deberiamos ir con Anaís. Seguramente ya debió comprar todos los que veía—.

Yo sentí con la cabeza mientras una sonrisa estaba en mi rostro, mientras caminaba a su lado para llegar con Anaís, no despegaba mi mirada del camino mientras le mencionaba algo.

"Lo que yo quería de ti, solo era una sonrisa"—   

El solo continuo sonriendo para abrazarme mientras caminamos, sabía que a él ya no le importaba como nos viera la gente, pues, cuando regresarán nuestros padres les diríamos todo.

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Hola, ¿Me extrañaron?
Yo a ustedes si, por lo que les hice este extra muy corto para no dejarlos tan abandonados. Espero les haya gustado.
Recuerda seguirme, también a mis demás historias.

¿Quieren un especial navideño o mejor de año nuevo? (Necesito prepararlo bien ❤️)

Besos y abrazos de:

<3 ✨Megu y Umi Dub✨ <3

¡Ya no quiero que seas mi hermano! (Gumball x Darwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora