Te conocí treinta mil pies
de altura donde no existe maldad
alguna, donde se puede hablar con Dios
juntos al sol, estrellas
la luna.
Ahí te conocí "Ofelia"
me contaste tu vida
presente y pasado
de amores de hombres
que se rieron en tu
cara, yo en silencio
escuché la historia
y los ojos
se humedecieron
de lágrimas
yo no pude decirte
nada. Simplemente
tomé la mano
la apreté con ternura,
tu me llenaste de besos
mi cara
cobijaste mi cuerpo
con el tuyo y me
enviaste de nuevo a
treinta mil pies de altura.