La Moral y la Ética; son factores que nos ayudan a vivir en armonía con la vida, el entorno, y las personas que nos rodean. Ambas son muy necesarias para la buena convivencia y el desarrollo de la sociedad, sin embargo, a pesar de que de alguna manera todas las personas tienen presentes estos dos conceptos, muy pocas los utilizan en su día a día.
Por otro lado, debemos tomar en cuenta que realmente no existe una moral, ni una ética universal, ya que la manera de cómo llevemos a cabo estos dos conceptos tiene mucho que ver con nuestra forma de pensar, nuestra forma de ver el mundo, nuestra forma de vida, e incluso con la educación que recibimos de nuestros padres y el conocimiento adquirido en la escuela o en los diferentes ámbitos sociales. Por lo tanto, cada persona tendrá una perspectiva diferente de lo que es ético y lo que no, lo bueno y lo malo. Esto conlleva a que, de alguna manera, el bien y el mal sean indivisibles. Además, nos lleva a la gran doble moral.
Kant ideó un sistema perfecto, donde la ética quedaba totalmente definida y especificaba que los problemas morales podían resolverse, pero, en la práctica, quedaban presos de antinomias irresolubles. El mismo Kant lo reconoció y se comenzó a preguntar: ¿Cómo es posible que la razón pura sea práctica? ¿Cómo es posible que los imperativos salidos de la razón pura sean la garantía moral de la práctica que da seguridad a nuestros juicios? ¿Cómo justificar una idea de deber que no coincide con la felicidad? ¿De qué sirve una razón práctica que no obliga de hecho a voluntad?
Son por todas estas preguntas que Kant cree en su sistema trascendental, y, al mismo tiempo, duda de él, al igual que nosotros, puesto que tenemos un sistema ético y moral que aceptamos, pero, en ciertas ocasiones, también dudamos de él.
Un ejemplo de esto es el caso de Ángel, él era un adolescente que empezaba a conocer el mundo que lo rodeaba, tenía muy presente que la sociedad se regía por varios valores, aquellos a los que se les atribuía el nombre de ética y moral. Sin embargo, él estaba confundido, pues no tenía claro cómo diferenciar lo ''correcto'' de lo ''incorrecto''.
Ángel se dio cuenta de que la moral y la ética no siempre se encontraban presentes, y que éstas, a su vez, no siempre van de la mano en las decisiones de cada individuo, ya que muchos familiares, amigos e incluso profesores no siempre se guiaban por lo ''correcto'', sino que tomaban decisiones en las moralidades que se les habían sido inculcadas. Él vivía en una sociedad donde nadie pensaba lo que era bueno para el prójimo, la gente sólo discurría en su propio bienestar, su propia comodidad, sin importar que al conseguir su comodidad afectarían a otros. Desgraciadamente, ésta es la sociedad donde vivimos, este es nuestro mundo, pero, ¿En realidad está bien luchar solo por mi propio bien sin que me importe destruir el bien de otros?.
Una noche, Ángel iba caminando por las calles de su colonia a una hora bastante avanzada.
Sin ningún tipo de atención a lo que sucedía a su alrededor Ángel andaba por la acera, pues éste se dirigía a la casa de un amigo, despreocupado, como era costumbre. Así pues, unos instantes de caminata después, en la esquina de una calle, lo interceptó un desconocido. Con aires precavidos y dudosos sacó una navaja de su bolsillo, y dijo en voz baja e intimidante -¡Dame tu teléfono!.- el chico se quedó aturdido, ausente de lo que sucedía por un momento. El desconocido, en ese momento, le dijo, desesperado.- ¡Estoy dispuesto a hacer lo que sea para conseguir ese maldito teléfono!, así que tú decide, me lo das o te lo quito a la fuerza!.- sentenció con cierta agresividad.
Un par de segundos luego de hablar, el contrario empezó a dirigir su navaja en dirección al cuello de Ángel, sin embargo, el joven tenía pleno conocimiento de la defensa personal, por lo cual decidió contraatacar al mayor, dándole un fuerte golpe en el estómago. El ladrón se encogió a causa del dolor, y Ángel, dispuesto a darle más golpes, se detuvo al verlo durante un momento, en el cual pudo vislumbrar a un hombre con atisbos de miedo y enfado, a la espera de lo que le pudiese suceder. En su mirada se podía ver a éste, marchitado por el odio y el temor, hecho pedazos por una sociedad egoísta, capitalista y sin oportunidades para personas como él.
Ángel pensó.- ¿Què debo hacer?, ¿Debo guiarme por lo ''correcto'' para la sociedad o por lo que mis ideales me digan?.- poco después decidió dejar al hombre, e irse de inmediato; al llegar a su casa les contó a sus padres lo acontecido, y estos le abrazaron, halagándolo por su correcto pensar, llenándolo de palabras de ánimo. El se sintió muy bien internamente, pues había hecho algo que, según la moral que dictaba la sociedad, estaba bien, incluso llegó a ser muy reconfortante para él. Poco después empezó a pensar en la situación que incitó a aquel hombre a atacar a alguien, ¿Cuál era el motivo?, aunque existían un millón de posibilidades, Ángel se dejó arrullar con variantes ideas, hasta quedarse dormido.
En la mañana despertó con una extraña curiosidad sobre las decisiones que uno toma en la vida, además, se sentía bastante bien por la decisión que había tomado la noche anterior.
En el desayuno, un poco distraído, empezó a notar que el pensamiento de aquel hombre lo estaba invadiendo de nuevo, por lo cual se preguntó desconcertado ¡¿Qué valores éticos y morales le habrán inculcado a ese hombre como para hacer tales acciones?!, ¡¿El robo podría ser alguna justificación de su situación?!, o ¡¿Acaso él pensaba que eso era lo "correcto"?! ¿Qué es lo que impulsa a alguien para cometer crímenes? ¿A qué punto tiene que llegar esa persona para que su mentalidad cambie completamente a algo anti moral y poco ético?.
Así, miles de preguntas le llegaban a la cabeza, cuestionamientos que no lograba responder. Pero lo que sí logró entender fue que, tanto la ética como la moral, son esenciales para la forma de vivir de las personas. Que la moral es algo que se tiene arraigado desde que somos pequeños. La ética es algo que se puede comprender a medida que se va creciendo y aprendiendo que no toda regla moral tiene que ser seguida sólo porque así te es indicado actuar. Si te llega a faltar alguna de ellas, el equilibrio se pierde, haciendo que tu vida tome caminos indeseados: como la de aquel hombre, que al no contar con ciertas condiciones favorables prefiere ganar las cosas fácilmente, dejando de lado la existente posibilidad de sufrimiento que viven sus víctimas.
Ángel se dio cuenta que, no todo radica en aquel hombre, si no en toda la sociedad, así que empezó a cuestionarse... ¿Llego puntual a mis clases? ¿Debería ser completamente sincero cuando estoy con alguien que no me agrada? ¿Debería dejar de mentirle a mis padres? ¿Qué es la mentira? ¿Respeto a mis compañeros?.... era como si una voz le retumbara en la cabeza, haciéndolo divagar en miles de recuerdos a lo largo de su vida, sobre si había seguido los parámetros morales que no sólo sus padres le dictaban, sino que todos a su alrededor esperaban que él siguiera, "¿Realmente lo que hago es correcto para mí o mis ideales?".
A juicio de Kant, las experiencias jamás podrán ser el árbitro de la ética, si ésta pretende fijar unos valores absolutos e indiscutibles. La ética que Kant define es una ética sin concesiones a la realidad, de ningún tipo, una ética que jamás tendrá que traicionarse a sí misma para hacerse más llevadera o más soportable. Kant, consciente de la decisión que sufre el ser humano entre el ser y deber ser, define la validez de un deber ser absoluto, al tiempo que desconfía de la capacidad moral humana.
Algo que puede hacernos entender fácilmente ambos conceptos es lo siguiente:
La moral son las reglas que rigen una sociedad para la convivencia armoniosa entre los individuos, cosas que te inculcan desde pequeños. Como el respetar a los ancianos, o no decir mentiras. Sin embargo, la ética es la ciencia que estudia e investiga dichos actos morales, dictados por las diferentes sociedades en todo el mundo. La moral puede ser distinta conforme el país o la ciudad en la que estés. Pero la ética es una disciplina filosófica que estudia dichos comportamientos.
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Semana 3- ÉTICA Y MORAL COMO PARTE FUNDAMENTAL DE UNA SOCIEDAD
EspiritualTexto escrito por: Arroyo Martínez Manuel Adalberto Carrasco Manjarrez Verónica Montserrat Chukavina Sofya García Corella Carlos Sahid Herrera Gonzalez Clara Miel López Isidro Liza Muñoz Escobedo David Alfredo Rivera Mérida Luis Ángel Suárez...