Capítulo 1: Cuando la conoci.

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"Dicen que las personas que decidieron encerrar su corazón fue porque tuvieron una mala experiencia en el amor, pero en realidad..."

Narra Ren.

No lo haré, no lo haré, no lo... — Repetía una y otra vez esperando así que aquél idiota, cabeza de chorlito que tenía como amigo entendiera que mi respuesta era irrefutable y se diera por vencido de una vez por todas.

— ¡Vamos Ren! ¡Hazlo por mi...! — Gritaba de manera desesperada mientras se arrodillaba y abrazaba mis piernas en forma de suplica.

Su manera de rogar ya era bastante asquerosa para mi, y aún más con todas las estúpidas miradas de la gente que se encontraba alrededor nuestro.

¿Qué acaso nunca han visto a un tipo feo como él suplicar por su vida? ¿No? ¡Comprence una televisión y dejen de andar chismorreando!

— ¡Ya te dije que no! — Respondí de manera molesta. — ¡Y deja de limpiar tus mocos en mi pantalón que lo acababa de lavar...! ¡Además! ¡¿Porqué tendría que hacerlo por ti?! — Golpee sus costillas tratando de liberarme de su ridículo abrazo, aunque el muy estúpido sólo se aferró con más fuerza.

— ¡Porque eres uno de los mejores estudiantes de esta institución y te será fácil poner en orden a una chica como ella! — Contesto. — ¡Además eres atractivo! —

— ¡¿Y eso a mi qué?! ¡Por si no lo recuerdas, tu también formas parte de la élite! ¡Así que encargarse tú y dejame seguir mi perfecta y asquerosa vida en paz! — Respondí safandome de su molesto "abrazo" ya estaba harto de esto, estaba dispuesto a irme y dejár a Ryû arrodillado en el suelo con lágrimas fingidas en su rostro.

Es mi mejor amigo si, pero cuando se pone en ese plan ma da asco, bueno; en si su cada de niño bonito me da asco.
Ah, cierto; yo también tengo esa jodida cara de niño bonito, aunque a mi me sienta mejor...

— ¡Si no me ayudas le diré a Midori que le pagaste a un acosador para que consiguiera fotos suyas en bañador —

Ese maldito...
¿Acaso este tipo de crueldades hace un amigo?

Retrocedí hasta donde se encontraba y lo tome del cuello de la camisa elevándolo ligeramente del suelo.

— ¿Qué es lo necesitabas mi querido amigo? — Pregunté junto con la sonrisa más cínica que podía poner.

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— Estúpido Ryû, estúpido consejo, estúpida escuela, ¡estúpidos todos! — Maldecía mientras caminaba en búsqueda de aquella niñata tan irritante, la cual nadie quería a su cargo.

¿No entiendo porqué de todos los que conformaban la asociación de alumnos tenía que ser yo?
Ah, cierto; es culpa del idiota de Ryû; ese maldito logró hacer que aceptara.
Tal vez debería matarlo...

Mi vida de por si ya era asquerosa y ahora con el hecho de andar asesorando a alguien me hacia más infeliz de lo que ya lo era.

Lo mejor sería terminar con esto lo más rápido que pudiera; al fin y al cabo, ¿cuanto me tomaría corregir a una chica con calificaciones bajas?
Seria pan comido.
Ah, cierto; yo no como pan.

La chica que emigro junto con mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora