En la terraza pensándote

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Estoy sentada en la terraza. En una silla llena de soledad. Observando detenidamente las olas del mar. Las ondas frotan las rocas, y el viento hace compañía al calor del mediodía. El mar me recuerda a tí.

Ese último día que nos vimos sin motivos en la playa. Me recuerdas muchas cosas. Pensando contigo a todas horas, es mi rutina. Te veo en todas partes, a pesar de que no estás. Te necesito a mi lado aunque no te veo. Estás en la otra punta del océano, velando por ti y sacando sonrisas. No estás. Existe la calma absoluta. Recuerdo el último momento en que hablamos. Cara a cara. "Ya nos veremos!" Dijiste. Y te fuiste de mí. Recuerdo el último momento en que hablamos por mensajes. Móvil a móvil. Parecía que me quisieras expulsar de tu vida. "De acuerdo!" me dije "Pues me olvido de ti, ya que para ti soy una molestia". Nuevo objetivo. Volvemos a las malas sensaciones. Olvido, engaño, soledad, dolor ... Lo vuelvo a sentir. No sé si me quiero profundizar más en el mundo del amor y sufrimiento. No puedo. Si mi brújula ya no me quiere guiar, no necesito seguir. Y si volviera a ser fría? Y si hago que odio a los chicos? Y si ... no. Es imposible hacerlo. Siempre me he guiado del amor. No puedo evitarlo. Pero no es así. Estoy sola ...? Ahora estoy aquí, sentada en una silla escribiendo qué es la soledad, descubriendo una vida sin tí. Mientras que tú vas buscando el camino de la de la felicidad, sin darte cuenta de que la podrías tener en menos de un minuto.

Cartas sin destinatarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora