Es un lugar que me da mucha paz, porque literalmente es un lugar de paz. Caminar bajo un no tan intenso sol y mirar hacia todos lados, tantas abandonadas y cada día una nueva, o al menos su pozo. Me gusta ver las cruces, algunas de madera, otras de mármol. Allí conozco gente nueva, aunque no sea específicamente en persona, puedo ver sus bonitas caras en fotos. Las flores se pintan de tantos colores, decorando y haciendo bello un lugar que puede sacarte lágrimas. Es raro lo que me pasa, pero amo ese lugar, puede ser para leer, puede ser para observar; me gusta ir por las tardes, eso claro está, y nunca hace mal una visita de más.
