Tú probablemente no sabías lo que yo sentía; y no te culpo, nadie se pregunta qué es lo que siento.
Pero tranquilo, te lo contaré, así que toma asiento. Siento que soy el problema, el intermedio o el veneno, y con las personas que hablo... mejor ni te cuento. Mejor ni te cuento lo que dicen a mis espaldas: porque sé que hablan a mis espaldas, se ríen de mí y me clavan la espada.
Pero sé también que soy un imbécil. Y te preguntarás por qué, te lo diré: esas personas se hacen llamar amigos y te matan como al enemigo; son las mismas personas que se decepcionan de mí si no puedo ayudarlos, si no puedo buscarlos. Sienten que los maltrato.
Pero si tú por un momento te hubieras preguntado lo que yo sentía, y dejaras de ser tan egocentrista, probablemente ahora no estarías llorando falsamente sobre un cuerpo sin vida.
