Tenía cajas a su alrededor llenas de las cosas de la mudanza, estaban rotuladas con tinta negra indicando lo que había en su interior, ropa, libros, memorias, esa caja en especial llamó su atención, no recordaba haber empacado eso, después de todo sus padres habían ayudado y seguramente esa caja era obra de su madre, pensó por un momento en ponerlo directamente en el ático y olvidarse de ella, pero la curiosidad lo había picado y no pudo sino abrir la caja para ver lo que había en su interior.
Álbumes fotográficos, diplomas, su título de la universidad, entre otras cosas se encontraban dentro, agradecía no haber olvidado esa caja en un rincón, muchas de esas cosas eran papelería importante, mientras comenzaba a separar lo que era esencial mantener a la mano y aquello que guardaría algo cayó de entre todos el papeleo. Era un sobre sencillo, no tenía nada escrito en él, las esquinas estaban maltratadas y su extraño color que ahora poseía hacía pensar que en algún momento fue blanco, estuvo a punto de lanzarlo de nueva cuenta al interior de la caja, pero podía sentir un par de cosas en su interior, ese día parecía que su curiosidad estaba a la orden del día; abrió el sobre y sacó de su interior 3 fotografías y una pequeña medalla y cadena, la reconoció al instante como el regalo que sus padres le habían dado al nacer, aquella pequeña medalla con el escudo familiar le había acompañado durante sus primeros años de vida, hasta que simplemente la creyó perdida, al parecer su madre se había encargado de guardarla; por otro lado las fotografías no le eran para nada familiares, en la primera aparecía él de apenas 1 año o menos junto a otro niño, un rubio, quien bostezaba, como si de un leoncito se tratase, mientras que él parecía muy entretenido en comer su propia mano, no pudo evitar reír ante ello, nunca había visto una foto tan vergonzosa de sí mismo y ahora quería desaparecería, pasó a la siguiente, tenía alrededor de 3 o 4 años, usaba un traje y parecía el recuerdo de alguna boda, pero lo que más llamó su atención fue nuevamente el niño rubio a su lado, acercó la fotografía a sus ojos pero no lograba distinguir muy bien las facciones del niño, después de todo era una fotografía instantánea de una Polaroid y después de tantos años la imagen no era muy nítida, pero ahora surgía la duda de ¿Quién demonios era ese niño rubio? ¿Algún primo, amigo de la infancia, vecino?
Escuchó un par de ruido de ollas y platos en la cocina y supo que debía continuar, había dos opciones o su compañero de piso se había decidido a desempacar lo que iba en la cocina y ayudar un poco, cosa que dudaba mucho, o había decidido hacer de comer para ambos, cosa que dudaba aún más... ¿Entonces que rayos hacía en la cocina? Se puso de pie aún con las fotografías en su mano y se dirigió a la otra habitación, al llegar vio una caja abierta sobre la mesa, pero ni rastro de su compañero, lo cual lo extrañó, buscó con la mirada a su alrededor hasta que sintió unos brazos envolviéndose alrededor de su torso, seguido de un beso en su nuca que lo hizo sonreír inevitablemente.
-Llevas horas con esas cajas, ya era hora de que te dignaras en venir a verme... -una mordida en su hombro como "castigo" no se hizo esperar, su "compañero de piso", o más bien, su novio siempre había sido así, egocéntrico y demandante.
-jajajaja eres un exagerado, apenas si llevo unos 20 minutos revisando las cajas.
-tu dices 20 minutos, yo digo 2 horas, ¿A quién le importa? No me pones atención.
Shinsou giró sobre sus talones y vio fijamente al rubio apenas un par de centímetros más bajo que él.
-Monoma, y me mudé como tanto habías pedido, estaremos juntos tanto tiempo de ahora en adelante que te hartarás de mí- la sonrisa que se pintó en labios de su pareja le resultó contagiosa, Monoma le había pedido durante cerca de un año que comenzaran a vivir juntos, y ahora que al fin lo harían parecía irreal, se acercó a él y beso fugazmente sus labios, antes de dejar las fotografías en la mesa del comedor y colocar ambas manos en la cintura ajena, atrayendolo más hacia su cuerpo- dame un poco más de tiempo con las cajas y sabré recompensartelo, mientras tanto ¿porqué no preparas algo de comer? Me gustaría cenar algo preparado por ti nuestra primera noche juntos -sabía que si lo planeaba de esa manera le sería imposible negarse, y su bufido molesto lo confirmo.
-ok, ok, prepararé algo de comer-se quejó antes de separarse del abrazo y caminar hacia el refrigerador, shinsou rió un poco y antes de irse de nuevo a la sala tomó las fotografías, viendo la última de estas, lo cual lo dejó sin habla, la última imagen era él, en esta ocasión de algunos 11, quizá 12 años, su rostro no expresaba gran emoción a excepción de la diminuta sonrisa que se formaba en sus labios, pero por tercera ocasión tenía al mismo chico de cabello rubio a su lado, pero en esta ocasión era más que reconocible, la sonrisa y mirada altanera que dirigía a la cámara, junto con el abrazo posesivo con el que lo envolvía lo distinguía completamente como el mismo rubio de veinticinco años que ahora mismo revisaba el refrigerador, alternó la mirada entre las fotografías y la espalda de su novio quién comenzaba a sacar algunos ingredientes para la cena ¿Cómo es que eso era posible? Según él creía Monoma y él se habían conocido cuando tenían 18 y entraban a la universidad, pero las imágenes en sus manos decían lo contrario, tenían toda una vida juntos y ni siquiera lo recordaba, miró el reverso de las fotografías y cada una estaba marcada con una fecha, sin embargo la última llevaba un mensaje escrito con una letra que reconocía a la perfección.
"Nos vemos el próximo año. No me olvides. M.N"
Se sintió terrible y suspiró al ver la nota, lo había olvidado, se había olvidado de monoma y haberlo conocido cuando niños, no estaba seguro de qué había sucedido antes y porqué se habían distanciado, pero eso ya no importaba, lo importante es que ahora estaba y estaría junto a él sin importar qué. Nuevamente dejó las fotografías en la mesa y esta vez se acercó a Monoma, abrazándolo por la cintura y comenzando a besar sorpresivamente su cuello.
-¿Ah? Oye.. ¿Qué haces? ... mnh... shinsou... -no tardó mucho en dejar de poner resistencia, lo cual puso feliz a Shinsou.
-cenaremos más tarde, por ahora quiero tenerte a ti -besó los labios del rubio antes de recibir cualquier tipo de queja, y es que sabía que tendría una queja, siempre la había, y en ese momento él no quería quejas. Monoma y él siempre habían estado destinados a estar juntos, desde su nacimiento y había tardado en comprenderlo, así que recuperaría esos años que ahora sentía perdidos.
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Memorias
FanficShinsou encuentra una fotografía que le hace recordar su infancia y otras cosas. ShinMono BNHA AU