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Las luces de los faroles lo desconcertaban de sus pensamientos egoístas. Los movimientos del auto provocaba que se maree, se sentía mal, físicamente y anímicamente. Sacudió la cabeza tratando de aislar por completo esa bruma que se asomaba en su cabeza y contenía pensamientos sobre lo mierda que era y lo mal que le hacía a todos.
Miró a su costado, donde se encontraba su mamá manejando con cierta cara de cansancio reflejada por la luz de los autos que pasaban.
Me odia
No lo miraba, estaba enojada, ofendida, defraudada y algunos adjetivos más que Jeno no quería averiguar.
Perdón
Lo pensó pero de su boca solo se escuchaba silencio.

Bajó del auto, subiéndose el cierre de su campera. Cerró la puerta demasiado despacio, un suspiro cansado se escapó de su boca recordando cuanto odiaba su madre que cerraran fuerte la puerta.
Quedó estático algunos segundos, no sabía que decir, ¿la saludaba?, ¿le decía cuanto la amaba?, ¿la abrazaba y tan solo omitía palabra alguna? Muchas opciones viables pasaron por su mente.
Agitó su cabeza y siguió caminando hacía su destino.
Te amo, que tengas buenas noches, mamá

Tocó el timbre del departamento estremeciéndose al tacto frío del metal, escondió su boca en su campera esperando minimizar el hecho que el ambiente no era muy cálido. Se escuchaba el sonido del auto, cada vez más lejos de sus oídos.
No lo esperó, parecía algo estupido pero no espero verlo entrar como solía hacerlo todos los años cuando lo llevaba al mismo lugar donde se encontraba ahora parado, las cosas estaban muy mal.
Guardó sus manos en los bolsillos y se acurrucó en un rincón esperando que alguien se digne a bajar, sentía que si pasaba un minuto más solo iba a colapsar y no quería que lo encuentren como un bebé llorón.
Después de un año quería aparentar que todo había mejorado.
Quería tapar sus problemas con una falsa sonrisa que no le salía muy bien pero camuflaba bastante sus pensamientos.

-Hola.-Dijo una voz que era imposible no reconocer.
Antes de que pueda responder a esa simple palabra, Jaemin ya se estaba abalanzándose, sin cuidado alguno, sobre Jeno. Con sus brazos cubrió completamente el dorso de Jeno, mientras inundaba su cara en el cuello del mismo. El olor llego a cada hectárea de su cuerpo. Olor a Nana. Un leve rubor amenazó por asomarse en Jeno pero pudo persuadirlo y subir las escaleras antes que la luz de la noche se vea reflejada en su cara, que en ese momento se veía muy similar a un tomate por el acto inmaduro de subir corriendo por miedo a ser descubierto.

-Hola.-Gritó Jeno mientras subía.
Jaemin cerró la puerta y subió despacio riéndose por lo bajito ante la reacción del contrario.
Tus reacciones no han cambiado, Jeno.

El departamento seguía igual que siempre, con ese olor a comida viniendo de la comida. Saludó con un abrazo a la madre de Jaemin, para él era mucho más que solo "la madre de su amigo", nunca podría devolverle todo lo que hizo para el bienestar del mismo. El afecto que se tenían era recíproco y se sentía el la forma que la señora lo cubría por breves segundos en sus brazos.

Mark y Jisung se encontraban comiendo helado como si fuese el fin del mundo. Jeno siempre era él más impuntual del grupo, de la ciudad, inclusive del mundo. Siempre que llegaba a la casa de Nana se topaba a Mark y Jisung devorándose todo lo habido y por haber. Siempre los encontraba en la misma escena, sin importar la hora, ni el día que se junten, ni aunque haya pasado 1 año de su último encuentro. Sus ojos se curvaron por la sonrisa que se asomo en su cara ante los recuerdos de la infancia que aparecieron en su cabeza. Se conocían desde pequeños, y ni la actitud de Jisung, ni la de Mark habían cambiado respecto de actuar como animales ante comida.

-Creo que tengo un deja vú.- Dijo Jeno mientras fingía cara de preocupación.

-Hola, estúpido.- Dijeron los dos al unísono.

-Yo también los extrañé.
Jeno se limitó a agregar otra palabra y comenzó a comer junto a sus amigos. No comía desde ayer, las peleas con su madre habían impedido a su cuerpo y a su mal humor salir de su pieza por un día. Aunque amaba comer, esos días consistían en tener conflictos con su madre y el hambre pasaba a segundo plano. Su madre solía no asistir mucho a su casa durante los días escolares, trabajaba mucho pero para Jeno, en esas circunstancias era mejor, porque siempre que se topaban empezaban a gritarse y tratarse como si se encontrarán en un ring de pelea. Jeno quería demasiado a su madre, trataba de entender su cansancio causado por su trabajo permanente pero a veces esa situación lo sobrepasaba.

-Llamando a planeta tierra a Lee Je-no.- Dijo Mark, mientras que su mano posada en su oreja simulaba ser un teléfono.

-¿En dónde me encuentro? Porque enfrente mío hay bichos muy raros y feos.

Respondió el contrario imitando a Mark, ganándose, al instante, una patada de parte de los dos. De imprevisto, se veían los tres como gatitos pequeños peleando. Jeno tenía mucha fuerza aunque él no lo notará, sus movimientos eran torpes y bruscos pero eso no cambiaba la idea que se viera como un gatito reclamando su poder. Recurrió a la salida más fácil, los sujetó de la muñeca, uno con cada mano y los puso boca arriba, soltó sus muñecas y se propuso llenar de cosquillas el cuerpo de sus amigos. Siguió así por un rato, su cara reflejaba satisfacción de lograr su cometido.
-¡Déjame salir, maldito pervertido! Ya te dije que no me gustas.- Jisung gritaba mientras fingía llorar. Jeno lo miró un segundo.

-Respeta a tu hyung.

-Perdón pero no voy a respetar a nadie que se tire sobre mí y toque mi cuerpo. Si
estas enamorado de mí solo lo tenías que decir, amor.
Trató de guiñarle un ojo pero terminó por cerrar los dos, Mark se empezó a reír mientras le hacía burla. Al darse cuenta que los dos se encontraban riendo por su acto fallido, se abalanzó sobre los dos llenándolos de cosquillas.

-¿Quieren que pida.....- La imagen era digna de una foto para empapelarla y guárdala para siempre. Las palabras de Nana quedaron congeladas en el aire, sus ojos tenían cierto destello ante aquella escena. Jisung arriba de ambos, mientras los contrarios reían y simulaban querer escapar del menor, las manos descontroladas de ambos tratando de lograr causarle cosquillas al menor que se encontraba riendo al igual que los contrarios. Se veían tan felices los tres, se sentía la felicidad que provocaba que Jeno esté allí después de tanto tiempo.
-Una escena digna de una portada de porno gay.

Los tres entornaron los ojos, mientras que Jisung le sacaba la lengua. Nana sonrió ante esa acción aniñada y le revolvió el cabello con delicadeza.

-Les iba a decir si querían que pidamos mas helado.

-Compremos chocolate, por favor, Jaemin hyung.- Dijo Jisung tratando de lograr su mejor cara de perrito mojado para convencer al mayor.

-Mejor compremos comida salada, porque dudo que haya algo más dulce que yo.

Los cuatro pusieron los ojos en blanco mientras soltaban un suspiro y miraron directo a Haechan que acababa de llegar junto con Chenle que se encontraba atrás saludando con la mano mientras con la otra sostenía su mochila.

-Creo que tengo diabetes.- Respondió Mark al instante.

Un año no es nada -NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora