Un Gran Cambio

Capitulo 2

En la tina, acerco mis piernas a mi pecho, las abrazo y apoyo mi barbilla en mis rodillas. Yo de verdad no sé qué hare después... la escuela acaba hoy. Todos saben que hacer "quiero ser doctor o me gustan los animales seré zoóloga..." recuerdo la emoción en sus rostros al decir eso, pero yo, que no tenía un sueño al cual aferrarme, no podía evitar sonreír al oírlos y pensar en ellos más que en mí. Siempre ha sido así, pero igual era deprimente el ver que yo no tenía en mente que hacer, ¿para que ir a la escuela si no tengo un camino a seguir... al menos una carrera? Yo no tengo nada. 

La escuela nunca me intereso, pero consideraba y sigo considerando la educación algo importante. Me desagrada ver a los flojos no hacer nada y distraer a los profesores, y a los demás estudiantes que sí quieren aprender. Por eso me ofrecí para ser presidenta de la clase. Solo para, en mi discurso dar mi opinión, me sorprendió que en serio ganara las elecciones; cuando pregunte me dijeron que tenía dotes de líder y que soy buena persona. Y según los profesores, buena estudiante. 

Me quede pensando -"¿buena persona? ¿Yo...?"- en verdad me hizo sentir, inmensamente feliz el que me dijeran eso, fue casi como... una revelación. Yo, de todas las personas, fui vista como una gran líder, sentí alegría, me sentí realizada, en algún sentido. 

Era extenuante, por supuesto, encargarse de los consejos de curso, llevar las ideas, comentarios, etc. a los profesores y al consejo estudiantil, pero en cierta manera se me hacía fácil y me alegraba el ser útil... 

Suelto mis piernas, las extiendo y miro mi reflejo en agua, una cara de facciones finas, piel morena, labio finos y rojos, mis mechones castaños, ahora recogidos en un moño, caen a mi cara, los arreglos, mis ojos verdes; esos ojos en el reflejo me devuelven la mirada, me veo tan triste... 

Me levanto de a poco, cojo la toalla y la envuelvo alrededor de mi cuerpo, empiezo a secarme despacio no tengo mucha prisa. Salgo del baño y me dirijo a mi armario a buscar mi uniforme. Este consistía en un falda tableada roja, me llegaba casi a la rodilla, una camisa mangas largas blanca de botones y de cuello, además de un chaleco de lana sin mangas color crema con el logo de la escuela en el lado izquierdo del pecho. 

Suelto mi cabello largo, me llegaba hasta mitad de la espalda o más, me siento en la silla frente a mi tocador, blanco, antiguo, con dos gavetas grandes y una central mucho más fina y delgada, de ahí saco mi cepillo, paso mi cabello por mi hombro izquierdo y empiezo a peinarme, lentamente, ni siquiera estoy viendo mi reflejo. 

Volteo de soslayo a mirar el reloj 5:40, tarde más de lo que creí en el baño, bueno, no importa... vuelvo mi vista de nuevo al espejo y solo veo mi mano agarrando el cepillo, peinándolo y la otra sosteniendo mi cabello, suspiro - "estoy muy deprimida hoy" -. 

Al terminar de peinarme con mi mano izquierda vuelvo mi cabello hacia atrás y lo acomodo, coloco el cepillo en su lugar en la gaveta, decido no hacer nada más con mi cabello, no me hare una cola, ni una trenza, no tengo mente para eso... 

Me levanto acomodándome la falda, y camino hacia mi armario, dentro hay un mueble pequeño, me agacho y abro la gaveta donde se encuentra la ropa interior y saco un par de medias. Me pongo las medias, largas hasta las rodillas, me vuelvo a agachar a recoger mis zapatos negros, me levanto con ellos en la mano. Camino hacia la cama de mediano tamaño y de sábanas blancas, desordenas ahora; coloco los zapatos en el piso al borde de la cama y me pongo a arreglarla. 

Decido que lo único que me queda es prepararme algo para comer. Bajo por las escaleras a paso lento, mi cuarto está en el segundo piso, llego a la cocina, no es grande, pero funcional y es bonita a mi parecer, los gabinetes de madera, me encanta. 

Me acerco a uno de ellos, lo abro y saco un tazón. Abro la gaveta de abajo y saco una cuchara. Me volteo hacia la alacena, me paro de puntillas para alcanzar el cereal. Cuando al fin lo alcanzo lo llevo hacia la mesada de mármol de la cocina, donde deje el tazón y me sirvo, al llenarlo coloco la cuchara dentro y me lo llevo a la mesa. 

Ya sentada empecé a comer, me preguntaba qué hora seria, pero seguí comiendo. Al terminar, subo las escaleras para volver a mi cuarto, al llegar miro el reloj, las 6:20, no sé por qué, pero hoy el día me parece que va demasiado lento. 

Voy y me siento en mi cama, miro la mesa de noche de al lado y busco algo con lo que entretenerme, me encontré -"¿cómo llego esto aquí?"-, con un libro de cobertura oscura casi rosaba al negro con letra blancas brillantes, en un idioma extraño, me imagine que era extranjero. Raro, es que entendía una de las palabras, historia. Veo que tiene una especie de cerrojo, así que no lo puedo abrir, lastima, me da mucha curiosidad. 

Me recuesto en la cama y coloco mi brazo para tapar mis ojos. Hoy estoy muy cansada... quito mi mano de mi cara. Volteo mi cuerpo hasta quedar de lado en la cama, acerco mis manos a mi rostro; mis ojos se sienten pesados, empiezo a cerrarlos de a poco. No opongo mucha resistencia a Morfeo, quien intenta llevarme al reino de los sueños, no me doy cuenta cuando empiezo a dormirme... 

Despierto, parpadeo varias veces para espabilarme un poco, separo mis manos y las uso para levantarme, mis ojos aún están nublados por el sueño. Volteo a ver el reloj, las 7:30am, no podía creerlo, dormí por mucho tiempo. Me levanto, me pongo los zapatos y busco mi bolsa, ya con ella en mis manos, me dirijo a la puerta... volteo a mi mesa de noche - donde deje el libro extraño - no se cuento tiempo me quede mirando el libro, pero no me importo. Salí de la casa y me dirijo a la escuela... 

Llego a la escuela o mejor conocida: "Academia.... de.....umh....." en realidad no recuerdo como se llama, pero no importa es un nombre demasiado largo. 

Voy caminando a mi salón, devolviendo el saludo a todos, estudiantes y profesores por igual. Llego al salón, faltando unos minutos para que empiece la clase... - "un examen más, un último esfuerzo y se acabara este capítulo de mi vida..." -, oigo los murmullos de los demás "¡último día de clases!" "¿Por qué tenía que ser matemáticas?", sonreí un poco. 

Coloco mi rostro sobre mi mano, apoyada en la mesa y volteo mi cara al frente. No sé cuándo deje de escuchar a los demás hablar, solo me di cuenta cuando el profesor entro y empezó a repartir los exámenes. No hago mucho caso, ya no me parece extraño el que me haya perdido en mis pensamientos o que este andando en el aire - me ha pasado mucho hoy -. Unos 40-50 minutos más tarde ya había terminado, volteo mi examen y levanto la mano para que el profesor sepa que termine. Los demás parecen sorprendidos, dijeron que batí un record o algo así, pero no le presto mucha atención. Volteo mi rostro - apoyado otra vez en mi mano - hacia la ventana. No necesito un espejo para saber que mi expresión es de puro y gran aburrimiento - "debería aprender a traer un libro para leer" - pienso con desgano. Enfoco mi vista a la ventana y me pierdo en el cielo azul... 

Poso mi vista en el árbol grande fuera del edificio del recinto, paso mis ojos en todo lo que ese árbol es, raíces, tronco (ancho, grueso...) - "que irónico, un árbol con sobre peso" -, llego a las hojas, en la copa del árbol; pienso en lo divertido que sería subir hay y por ahora dormir una siesta - "que vaga estoy hoy..." -. 

Sigo mirando el árbol, parpadeo y en unos segundos - o milisegundos, paso muy rápido - aparece la silueta de una mujer bajo la sombra del árbol, su mano apoyada en el tronco. No logro distinguir a la persona aunque me da cierta familiaridad; solo puedo distinguir unos ojos verdes, similares a los míos. Esta se da cuenta de que la miro y me sonríe... 

Abro los ojos desmesuradamente por la sorpresa de que si conozco a esa persona... aunque eso no podía ser... la persona sonríe a un más y desaparece con un ademan; ahí caigo en cuenta de que tengo razón... es la mujer de mi sueño... pero ella no es real... no puede serlo... solo me queda preguntarme - ¿Quién es...? -.