Choi ___ una diseñadora de interiores de 24 años se reúne con la familia de su mejor amiga después de 9 años, con el motivo de celebrar el el inesperado compromiso de su mejor amiga (Park Min-Mi).
Ahí es donde ___ se encuentra con Park Jimin, el o...
Abrí los ojos y lo primero que vi fue una mesita de noche con un vaso de agua <<¿Que? Yo no tengo una mesita de noche, ¿Dónde Estoy?>> me senté en la cama <<Agh me duele la cabeza, maldita resaca>> y empeze a escuchar unos pasos que se aproximaban a la habitación. Me hice la dormida y espere a que alguien entrará a la habitación.
-Veo que ya despertaste ___- me dijo una voz conocida. -Sabía que estabas despierta, te vi haciéndote la dormida- volví a escuchar <<Oh no, ya valí, capaz que es un secuestrador>>
Me senté en la cama y vi a un hombre sin camisa que se encontraba a espaldas. Pasaron unos segundos. Yo todavía seguía confundida <<¿Qué hago yo aquí? Según yo lo último que hice es hablar con Min-mi y Hoseok, yo no recuerdo haber seguido a un hombre.>> trataba de recordar todo lo que pasó anoche, hasta que la misma voz me sacó de mi pensamientos.
-¿Te gusta lo que ves?- Me preguntó el conocido hombre.
-Hmmmm ¿quién eres?- le respondí temerosa.
-¿No reconoces mi voz?- volvió a preguntar. <<Joder, ¿cuantas preguntas va a seguir haciendo?, ni que fuera entrevista. Solo le pregunté quién es>>
-No, no te reconozco- le conteste.
El hombre se volteo y me miró a los ojos. <<Oh dios ¡es Jimin! ¿Qué hago yo en la casa de Jimin? ¿Qué hago yo en la cama de Jimin? ¿Y porque está sin camisa?>>
-¡¿Jimin?! ¡¿Qué estoy haciendo en tu casa?!,- le pregunté algo exaltada por la situación. ¡¿Y donde está mi ropa?!- mire abajo de la sabana y mi ropa de ayer ya no estaba, solo tenía puesto una playera encima de mi ropa interior.
-¡Shh! Guarda silencio, vas a despertar a Min-mi y a Hoseok- <<¿Están aquí? Bueno, me alegro que no fui la única "secuestrada" por el Orangután.>>
Jimin se acercó a mi y se sentó en la cama haciendo que los dos estemos frente a frente.
-La noche anterior Hoseok, mi hermana y tú bebieron demasiado. Los había dejado un rato solos y cuando volví tu estabas dormida ,casi inconciente, en la calle. Min-mi y Hoseok estaban cantando y bailando. -me respondió.
<<¿Qué? ¿Cómo pudo haber pasado eso? Yo nunca me he tomado más de dos cervezas y una que otra copa de vino. Yo no me embriago.>>
-Me acerqué a ustedes y trate de subirlos a mi carro, para así llevarlos a mi casa, y así poder supervisar que no les pase nada mientras estaban ebrios.- siguió hablando, haciendo una pausa. -¿Sabes lo difícil que fue convencer a Min-mi y a Hoseok de que no soy un espía ruso, o de que no soy parte de una mafia?- siguió diciendo con una sonrisa -Pues deja te digo, que fue bastante difícil-. Me dijo divertido por la situación. Jimin empezó a acercarse aún más a mi.
Automáticamente me sonroje. Pero ¿como no sonrojarse al tener a esa cosa sin camisa acercándose a ti? <<Oh no ¿que está pasando?>>
-Acerca de tu ropa...- mencionó acercándose aún más hacia mi. Por consiguiente me sonroje aún más <<___ deja de sonrojarte. ¿Acaso Jimin no sabe que es el espacio personal? De seguro lo hace a propósito>>. -Ese pantalón que llevabas... te quedaba algo justo... y... supuse que querías dormir a gusto, al igual con tu blusa, por eso no tienes tu ropa puesta- me dijeron una voz seductora, cada vez acercando se más y más a mi, al punto de que un poco más y me podía dar un beso.
En ese momento estaba roja cuál tomate, nunca pensé que Jimin podría estar tan cerca de mi, jamás pensé que el chico que he odiado toda mi vida podría poner me tan nerviosa.
Puso sus manos en la cama, al rededor de mis caderas y se fue acercando a mi cara más y más. Por inercia yo me acostaba <<¡¿Porque no le das una patada ___?! ¿Que está pasando?>>
Jimin terminó arriba mío apoyándose de un brazo, para así no dejar todo su peso encima mío.
-Sabes ___. Esa ropa interior que llevas puesta se te ve increíble- me susurró al oído. Cuando dijo eso sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Mi respiración se empezó a agitar, al igual que la de él.
Empezó a besar mi cuello de una forma lenta, subiendo hasta el lóbulo de mi oreja. Después de eso empezó a besar mi frente y mis mejillas hasta llegar a mis labios.
Fue un beso dulce, pero necesitado, que poco a poco se fue tornando apasionado...
