CAPÍTULO 3: EL DESEO DE CORAZÓN DE TSUKISHIMA KEI.

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—Pero mira a quien tenemos aquí.

— ¡Ah! Pero si es el chico gay! — Yamaguchi vio como 2 chicos de un curso superior se acercaban a él, sabía que es lo que querían porque siempre lo habían molestado.

—Yamaguchi, no, suena mejor Yama chan— dijo el tipo de cabellos negros.

—... creo que le queda mejor el chan— respondieron entre risas sus amigos.

—...lo siento, tengo prisa así que debo irme.

—ah...espera, tenemos algo de qué hablar contigo, acompáñanos.

Yamaguchi trato de poner cualquier excusa que lo pudiese ayudar a escapar, pero esos 2 tenían una fuerza como para obligarlo a caminar.

—Vamos, solo queremos hablar contigo. — Sus pasos lentos eran significado de su resistencia, de tratar de oponerse a sus 2 verdugos.

La universidad estaba casi vacía y solo quedaban algunos estudiantes que pertenecían a algún club, las aulas vacías siempre terminaban llenas por algún tipo de matón que hacia sus cosas malas en ella y esta era la situación en la que se encontraba Yamaguchi en estos momentos.

—Escuche...— dijo el tipo de cabellos negros—...que eras gay.

— ¡Enserio! Amigo eso es asqueroso.

—Sí, me pregunto ¿A cuántos tipos has metido su polla por tu culo Yamaguchi?

—...

—Se quedó callado.

—Tal vez los está contando mentalmente.

—Joder este tío se chupa vergas jajajaja.

El cuerpo del castaño tembló, estaba acorralado por esos dos y cualquier forma de escapar terminaría con unos golpes no muy bonitos en su cuerpo.

—Vamos Yama chan, solo queremos jugar un poco contigo.

Sus manos empujaron el cuerpo del castaño atrás y el otro chico lo atrapo sujetando sus brazos para inmovilizarlo.

—Yama chan la vamos a pasar bien.

Las manos del chico de cabellos negros comenzaron a recorrer su cuerpo posándose en su abdomen, levanto la polera y tocaron su fina piel.

— ¡Déjenme!

—Shhh...silencio o alguien podría oírnos.

— ¡suéltenme! ¡Déjenme ir!

—Yama chan no está muy cooperativo hoy.

—Pronto lo estará. — Dicho aquello la mano del chico fue directamente al rostro de Yamaguchi depositando ahí un golpe que fácilmente dejaría una marca por varios días—...mejor Yama chan.

—jajajaja, mira tío que se quedó callado.

—Tal vez es masoquista...

—Uhh...que sucio joder, a este tío le gusta que le peguen en el sexo.

—Entonces la pasaremos bien no crees.

Un beso se depositó en el rostro de Yamaguchi mientras sentía como su pantalón era desabrochado y bajado, su cuerpo entero tembló pero no podía hacer nada, odiaba esto, odiaba ser tan débil. No podía proteger a la persona que amaba y ni siquiera se podía proteger a si mismo. Uno de los sujetos toco su miembro y las lágrimas comenzaron a caer, quería escapar pero esos tipos lo tenían fuertemente agarrado.

EL DESEO DE UN GATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora