Capitulo 1

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18 de agosto del 2008

El despertador suena con ese sonido tan nefasto que no había escuchado hasta ahora, me levanto con pesar, dejando mi lugar favorito atrás, así es, hoy inician las clases nuevamente, me dirijo al baño a tomar una ducha, me pregunto porque el instituto no es mas tarde, así estaría mas que feliz de ir a clases, el agua corriendo por mi cuerpo desnudo es relajante, lo único bueno de levantarse temprano sin duda es el baño que me doy.

Salgo envuelta con una toalla en el cuerpo y otra en el pelo, aprovecho que es temprano para usar un poco de mis habilidades, aunque para prevenir mejor le pongo cerrojo a la puerta, no sea que a mi mamá le de por levantarse temprano.

Muevo mis manos en el aire aunque no necesite hacerlo pero aun así lo hago, enseguida mi closet se abre solo y mis prendas de vestir salen flotando solas, si, tengo habilidades sobrenaturales, ese es mi mayor secreto. 

Paso por mi vista mi ropa, al final me decido por unos pantalones medio holgados y una camisa también holgada, trae un estampado de una mariposa, cuando termino de cambiarme inicio con recoger mi pelo en una coleta alta, me dejo el copete cuadrado con las patillas de fuera ya que no me las pude agarrar en la coleta alta, me coloco mis vans, tomo los lentes y me los pongo, me checo en el espejo y sip, me veo normal de acuerdo con mi estereotipo, la nerd del salón y del instituto, odio los estereotipos pero bueno, todo sea por no llamar la atención de los chicos, ellos solo buscan a una chica para revolcarse con ella y después botarlas como basura.

Mis ojos son de color verde esmeralda pero los oculto con los lentes, mi pelo es algo largo, me llega hasta la cintura es de color castaño claro casi como rubio oscuro, lo último que hago es cubrirme con un capa de escudo invisible mas gruesa qué la que ya traigo, que aunque no se vea, me protege de todo.

Bajo los escalones con mi mochila en el hombro la cual dejo en la sala de estar y me dirijo a la cocina, como lo esperaba no hay nadie despierto todavía pero estoy segura que no falta mucho para que mamá baje trayendo a rastras a mi hermano.

Empeze a hacer el almuerzo para todos, escuche pisadas, enseguida supe que ya casi todos estaban levantados, seguí con lo mío hasta que lo termine y lo sirvo en seis platos, el de mi papá Ricardo, el de mi mamá Claudia, el de mi hermano Alex el cual es mayor que yo tiene 22 años, luego le sigo yo de 17 años, de mi sigue Estefanía mi hermana de 15 años y por último Alan mi hermano de 9 años.

La mesa esta lista, solo falta servir los jugos, así que eso empiezo hacer, cuando estoy sirviendo por último mi jugo mis hermanos empiezan a llegar a la mesa.

—Odio la escuela, me hace madrugar —se queja Alan sentándose en su lugar

—Te apoyo, yo la detesto ¿Para que nos sirve? —dice Estefanía tomando su lugar enfrente de Alan.

—Yo lo único de lo que me quejo es de madrugar, de ahí en fuera nada me molesta, además es facil y nos sirve para superarnos y tener un mejor futuro —digo yo.

—Claro para ti es fácil, eres la cerebrito —me dice Alan.

—Buenos días hijos, ¿Cómo amanecieron? —pregunta mamá entrando a el comedor y detrás de ella papá.

—Bien —digo yo.

—con flojera —dice Estefanía.

—Dormido, pero me despertaste, así que ahora despierto —dice por último Alan.

—Me alegra saber que mis hijos tienen mucho entusiasmo por regresar a clases —dice papá tomando asiento en su lugar de siempre.

—Ya sabes que no me entusiasma la escuela para nada papá —dice Estefanía.

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