Capítulo dos: 2 Kool 4 Skool

70 6 2
                                    


— Hola, Kookie. — la suave voz del mayor llamándolo con ese apodo, hizo que Jungkook quisiera llorar. Pero debía recordarse a sí mismo por qué había decidido alejarse de Jimin en primer lugar.

— Hola, Jimin.

— Ha pasado un tiempo...

— Veintiun años.

Jungkook de verdad quiso no sonar como el joven despechado y dolido que era, de verdad lo quiso, pero supo que no lo logró.

— Sí, lo sé.

¿Lo sabía? ¿Acaso Jimin sabía de las noches que Jungkook había pasado llorando desconsoladamente? ¿Acaso Jimin sabía de las veces que intentó llamarlo? ¿De la cantidad de mensajes que le había dejado en su buzón de voz? ¿Los había escuchado siquiera alguna vez? ¿Había llevado la cuenta de los años también?

Jungkook no lo creía.

Él sabía que su historia con Jimin había acabado muchos años atrás y no tenía intenciones ni quería retomarla. Había pasado por mucho desde que Jimin había desaparecido de un día para el otro sin dejar rastro. Había tardado demasiado tiempo en sanar. Ya no era un niño. Después de la partida de Jimin se había prometido a sí mismo que jamás volvería a amar a alguien de la forma en que había amado a Park Jimin. Ni siquiera al mismo Park Jimin.

— Has cambiado mucho.

Jimin no tenía ni idea de cuánto había cambiado desde que lo había dejado. Aunque Jungkook también podía notar que el mayor ya no era el mismo: su cabello alguna vez gris ahora se mantenía de un aburrido negro, y Jungkook sabía cuánto le gustaba a Jimin usar colores de cabello diferente, el que lo tuviera de su color natural indicaba que ya no se preocupaba por su imagen como lo hacía antes, quizás eso ya no le importaba ahora que probablemente tenía una bella esposa con la que obviamente había tenido un hijo. Pero no solo su cabello lucía diferente, el Jimin que una vez había sido apenas musculoso por las constantes dietas ahora se veía saludable, musculoso pero saludable. Y aunque Jungkook siempre había sido notablemente más alto que su hyung ahora Jimin casi le llegaba a la altura de su frente. Pero lo que más le llamó la atención a Jungkook era la mirada cansada que tenía, ojeras apenas perceptibles enmarcaban sus ojos, las facciones de su rostro que alguna vez habían sido alegres ahora se veían serias y duras. Parecía que Jimin de verdad necesitaba una buena noche de descanso. O quizás un mes.

— Tú también has cambiado. — le respondió Jungkook sin preocuparse por los honoríficos. Después de todo hace mucho tiempo que ya no los usaba con Jimin, ¿por qué hacerlo ahora?

Un silencio incómodo se plantó ante ellos cuando unas madres pasaron riendo a su lado, y Jimin sintió por alguna razón que Jungkook no solo se sentía incómodo sino que además estaba dolido, de una forma que Jimin entendía pero que jamás podría remediar. Inspiró profundo para atreverse a decir lo que estaba pensando desde hace un rato:

— ¿Quieres ir a tomar un café para hablar...? — obviamente Jungkook entendería que la pregunta terminaba con un "de lo que nos pasó" palabras tácitas que Jimin no se atrevió a pronunciar.

Aunque Jungkook jamás lo perdonara él al menos quería volver a saber de su dongsaeng, qué había sido de su vida, quien era su hijo, o hijos, ya que si estaba en la escuela seguro tenía alguno; si se había casado, si había encontrado a alguien con quien compartir su vida. Aunque debía admitir que esperaba que no hubiera nadie en la vida de Jeon Jungkook, porque Jimin era egoísta y quería a su dongsaeng solo para él. Si tenía la oportunidad él intentaría sanar las heridas de Jungkook y luego lo recuperaría.

Pero Jungkook aún no estaba listo para dejarse llevar por Jimin una vez más. Porque él sabía que caería otra vez en su trampa,para luego salir herido nuevamente. Así que con toda la fuerza que tenía le respondió:

A Stray but Bulletproof familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora