Extra

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Caminaba por el cementerio a paso lento, sin siquiera mirar por donde pasaba. Min Yoongi, el hombre que un día desapareció sin dejar rastro desde que la culpa lo sucumbía. Su piel pálida, cara demacrada y ojos llorosos hacían referencia a que no se estaba cuidando y que solo se dedicaba a beber como si fuera la mejor opción del mundo, la salida de todo. Los encargados del sector conocían a la perfección aquel caminar, aquella pesadez al hacerlo y en un segundo sabían que se trataba de YoonGi.

—Aquí estás...

Su voz sonaba apagada, sin brillo alguno, así se sentía.

—¿Cómo has estado? —Su sonrisa de amargura cambió a una lastimera —Las flores ya se secaron, pero mira —Mostró a la lápida —Traje unas nuevas y llenas de vida, son de tu color favorito...

Se sentó en la banca que estaba al frente luego de haber acomodado las flores en los jarrones que contenían agua con maleza y algunos insectos.

—¿Será molesto verme aquí todos los meses? —Rió falsamente y observó la cerámica en donde estaba el nombre de "Jung HoSeok" enmarcado junto con su fecha de nacimiento y muerte —Te extraño HoSeok, me arrepiento de todo lo que te hice, absolutamente todo —Una lágrima bajó por su ojo derecho —Sé que mis disculpas no arreglan nada, que tonto soy —Hizo una pausa antes de continuar —Tus padres han estado bien, tu hermana también. Te extrañan mucho, todos lo hacemos —Más lágrimas comenzaron a caer de a poco regando así el pasto creciente alrededor de la tumba —Perdona por ser cruel contigo y no poder aceptar tus sentimientos, por no respetarte, por ser un jodido bastardo —Tocó la lápida con sus huesudas manos —Formé una familia junto a una chica, tenemos hijos y creeme que desean conocerte —Asintió —Sí, hablamos mucho sobre el tío Hoseok. Les cuento lo que vivimos, buenos y malos momentos, les estoy enseñando el bien e inculcando buenos valores, que sean lo que quieran ser y no tener miedo a nada. Algún día los traeré para que los puedas conocer —Alzó su brazo para ver la hora —Debo recoger a mis pequeños, HoSeok, volveré pronto y junto a mi familia para que los conozcas —Se levantó —Te quiero, amigo.

Y con esas últimas palabras se alejó del lugar con una sonrisa de felicidad, sentía que su mejor amigo lo había perdonado y aquello lo hacía sentir bien, porque sabía que Jung HoSeok no guardaba rencor en su corazón, el debía aprender de aquel chico y aprovechar de la esperanza que el había dejado.

HOPE | Sope Donde viven las historias. Descúbrelo ahora