Había sido el primer día del tour. Su primer concierto en Seúl. El estadio repleto de rostros entusiasmados que los recibieron con una gran sonrisa, sus nombres a voces y un mar púrpura. Sus ojos titilaban ante tal recibimiento, mas ahora se cerraban debido al cansancio que aquello acarreaba.
Tiró sus zapatos sin importar la dirección en la que cayeran y se tumbó en la cama. Estaba cansado, sí, pero no se permitiría dormir hasta tener a su hyung favorito entre sus brazos. Por ellos es que tomó el teléfono móvil, abriendo el buscador solo para encontrarse las fotos y vídeos -que obviamente no estaban permitidos hacer- del concierto. Necesitaba entretenerse con algo y ver ese tipo de vídeos lo conseguía. Era muy interesante el cambio de perspectiva que daba el espectáculo desde el público.
Pasó cada resultado sin mostrarle más interés del necesario. Solo se paró al llegar a una pequeña parte que mostraba un baile tranquilo y seductor, al ritmo del R&B del que cada segundo había supuesto una tortura para el menor. Y es que a ojos de ARMY, la preformance había sido lo más inocente que aquellos movimientos permitían interpretar, pero a ojos suyos solo había sido uno de los muchos juegos que le hacía Kim TaeHyung a su autocontrol.
Desde que entró a los camerinos, justo antes de que TaeHyung saliera, hasta mucho después de que Singularity hubiera acabado, este se había paseado, caminado con la gracia y soltura que solo él sabía hacer, con las piernas enfundadas en cuero y los arneses firmes a sus muslos y caderas de un lado a otro sin necesidad alguna. Siempre rozando el límite del espacio personal entre él y JungKook. Siempre regalándole una vista directa de los movimientos que hacían las cadenas de ese maldito accesorio con su prominente trasero. Siempre dejándole en claro que en ese juego controlado por el mayor solo se le permitía mirar, pero no tocar.
Todo movimiento realizado por sus grandes manos, todo toque sutil que sufrían sus muslos cerca de los arneses mientras bailaba, iba acompañado de una mirada traviesa que se dirigía siempre a una dirección definida: él.
Cerrando la pestaña, entró en esa simple aplicación donde tenía que tocar las teclas al ritmo de cualquier melodía sin perderse ninguna. Habían sido suficientes vídeos por esa noche. Gracias al último, su sueño fue drenado de muchas partes de su cuerpo. Demasiadas.
Suspiró tras pasar la palma de su mano por todo su rostro. TaeTae podía ser realmente malvado si se lo proponía. Esa sonrisa de oreja a oreja que llevó durante y después del concierto lo confirmaba. Aún más sabiendo que al día siguiente debían prepararse para el otro concierto y no podían trasnochar.
Frustrado, suspiró otra vez y empezó a teclear la primera canción que salió. Debía alejar ese baile de su cabeza si no quería volver a ducharse con agua fría.
Iba por su décimo récord cuando la puerta se abrió lentamente. Un leve chirrido delatando al autor de tal obra, mas estaba tan concentrado en el juego que no se dio cuenta. Tampoco cuando unos traviesos pies descalzos pisaron el parqué con cierta rapidez e incluso cuando el colchón gruñó y se hundió por un peso extra.
-Es horrible cuando un aparatito te quita la atención de tu pareja.- habló una voz suave y profunda con un tono de reproche. Hasta se podía escuchar el puchero que se formaba en sus labios.
JungKook levantó la mirada cuando su móvil fue arrebatado de sus manos, encontrándose con la espectacular vista del rubio en una simple camisa de color negro que podía catalogar de su pertenencia.
Sonrió tenuemente.- Pensé que dormiríamos.
-¿Eso quieres?- preguntó mientras se subía al regazo del menor y envolvía su cuello con sus brazos. Sus manos acariciando sus sedosos cabellos azabache.- Porque podemos hacerlo.
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Harness [KookV]
FanfictionSus ojos no podían dejar de posarse en él. Su aliento había sido robado desde el inicio. Comérselo con la mirada era una expresión que le quedaba corta en ese momento. Su cuerpo hormigueaba con la anticipación de poder devorarlo, consumirlo hasta qu...