En una noche obscura, hace 16 años, una gata blanca escapa de un laboratorio, llegará a un lugar que le inspira confianza, y ahí se verá, con el tiempo, que era mucho más de lo que parecía...
Las miradas de los temibles pandilleros se clavan en las tres hermanitas, quienes, llenas visiblemente de frustración, no sólo perdieron al extraño conejo humanoide que había intentado atacarlas, sino que ahora están ante el grupo de malhechores, mala manera de terminar la noche de la fiesta de despedida de su buena amiga Dalia...
-Vaya, vaya... -Dice el que parece llevar el mando del grupo... -He oído que los gatos salen de noche... pero no imaginé que lo hacían vistiendo con tanta clase... ¿Qué tienen las niñas lindas para nosotros?... Tal vez, si es algo bueno, se puedan ir conservando su pelaje en su lugar...
Las felinas se ponen en guardia, por suerte en las calles no tienen el dilema de dañar propiedad privada, pronto el sonido de más gente llegando las pone un poco nerviosas... en el acto el lugar está lleno de pandilleros... Pero, los que habían llegado originalmente se sobresaltan al ver al nuevo grupo, que visiblemente los supera en número... Ante el asombro de las chicas, estos salen corriendo aterrados, dejando ahí a las chicas a merced de los recién llegados...
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-Así que las famosas niñas gato del Bicho Micho, no son una simple leyenda urbana -Dice uno de las sujetos -Sería bueno que nos acompañaran... La persona a cargo por aquí estará feliz de conocerlas...
-Vamos a... -Pregunta Melaza a sus hermanas...
-Por el momento lo más sensato es hacer lo que nos piden... No podríamos con tantos -Responde Katrina...
-Pues sólo espero que esto no vaya a peor... -Finaliza Ginger...
Los nada tranquilizadores sujetos llevan al trío gatuno a un parque cercano al lugar, de día es muy concurrido por niños y parejas jóvenes, de noche las sombras de sus frondosos árboles no dan un aspecto muy placentero, todos se van perdiendo en las sombras...
En otro lugar, el enigmático Doctor Becker está hecho una furia, maltratando a sus subordinados, que no tienen otra más que aguantar los regaños, pues en efecto han cometido un error muy grave...
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-¿En qué cabeza cabe haber mandado un conejo a capturar a tres gatas?... ¿Es posible ser más tontos?... ¡Los gatos cazan roedores, y eso incluye a los malditos conejos!... Ya poco faltó para que hubieran mandado un estúpido ratón por ellas...
