-Perrie ya no puedo mas-dijo la castaña entre lágrimas.
-Jade pero dijimos juntas por siempre lo recuerdas-dijo la rubia también en lágrimas .
-Si ,lo recuerdo pero no soporto verte en brazos de otra persona, ya no puedo fingir solo ser amigas y no poder demostrarle al mundo cuanto te amo.
-Sabíamos que esto seria difícil, pero lo podemos superar jade nosotras podemos.
-No Perrie ya estoy harta, ya no te puedo abrazar solo para que no sospechen, yo te amo pero... creo que sera mejor dejarte ir, que estés con él, solo te pido que no me olvides quiero que recuerdes que siempre seras la dueña de mi corazón -dijo Jade dándole un último beso.
-Por qué me pides eso?
-Solo quiero, que recuerdes que tu siempre seras el amor de mi vida
-Pero estaremos juntas aunque sea como amigas -insistió Perrie
-Siempre Perrie, siempre juntas, eso nunca cambiara, siempre estaré a tu lado te lo prometo-dijo Jade abrazándola.
Perrie no soportaba todo eso, perder al amor de su vida dejarla ir seria una tortura para ella y una destrucción completa para su corazón.
-Jade solo prométeme que todo estará bien que no sera el fin -solloza entre sus brazos
-Te lo prometo...-respira entrecortada mente- lo siento Perrie, me tengo que ir -dijo separándose de Perrie, para luego caminar hacia la puerta
-NO JADE! NO ME DEJES! -la rubia no aguanto mas y cayo de rodillas al suelo en un mar de lágrimas- YO TE AMO A TI! POR FAVOR!
Sus gritos habían sido en vano. Jade se había marchado sin escuchar aquellas súplicas que la dueña de su corazón le había expresado.
Jade con lágrimas saliendo de sus ojos salio de aquel lugar. Lágrimas espesas, viniendo desde lo mas profundo de su corazón, que ahora se encontraba totalmente destrozado. No había vuelta atrás, por mas que le doliera sabía que era el fin de esa hermosa historia que alguna vez pensó que seria para siempre, pero el destino no estaba de su lado. Un extraño sentimiento se apodero de ella, ajeno totalmente a la tristeza. Comenzó a correr, como todas su fuerzas se lo permitieron, dejando atrás los pedazos de su corazón así como iba dejando el aire. Corrió sin importarle que el semáforo al que había llegado se encontraba en verde, sin importarle aquel auto a toda velocidad que se dirigía a ella.
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Perrie jamas había llorado tanto en su vida. No entendía como es que la felicidad que tenia con Jade de un momento a otro se le haya escapado de las manos, como agua se escurrió, como humo se evaporó y el viento se encargo de llevárselo. Pero aun tenia la esperanza, quería y estaba segura que podría recuperarla. No le importaba en lo mas mínimo lo que tenia que hacer, no se preocupaba por que tendría que pasar y a quienes tendría que pasar. Lo haría, todo con tal de conseguir que Jade regrese a su lado. Y que ella pueda ver que esta dispuesta a darle de regreso un poco de toda la felicidad que Jade le dio a ella. Lo haría por Jade, por ella misma, por las dos.
Su móvil comenzó a sonar con ese tono que Jade le colocó aquel día que se quedo dormida y la castaña jugaba con su móvil. Sonriendo con un poco de nostalgia se levantó del suelo y tomó el móvil, el nombre de el amor de su vida apareció en la brillante pantalla. Rápidamente atendió la llamada.
-Jade! Jade mi amor! Regresa, tenemos que hablar! -guardo silencio y lo poco que se escuchaba eran sollozos- Jade, princesa responde. Estas bien?
-Perrie -la voz de la madre de Jade inundó el otro lado de la linea
-Norma? Donde esta Jade, necesitamos hablar
-Perrie, ella no pued-
-Claro que puede! -la corta desesperada- Ella puede y debe de hablar conmigo! Fui una tonta, pero lo voy a remediar , lo prometo!
-Ella sufrió de un accidente -Norma calló, atrapada por los intensos sollozos
-Que? -su voz se volvió un hilo- C-como esta? -no recibió respuesta- Carajo Norma! Como esta?!
-Ella no lo logró Perrie -su voz se a roto por completo
Seguida de unos gritos de lamento. Y Perrie no quería escuchar mas, el móvil se fue resbalando de sus manos hasta terminar en el piso. Se desvaneció por completo y unas silenciosas lágrimas escurrieron por sus mejillas. Lágrimas directas de su corazón, aquel que pensó podría recuperar su otra mitad, pero la perdió. La perdió y jamas la podrá recuperar de nuevo. Aquello que creía duraría para siempre se había terminado en un abrir y cerrar de ojos. Jade no la acariciaría mas, no la abrazaría mas, no la besaría mas. No la vería al despertar, no cantaría nunca más con ella, acompañándola con su angelical voz. No le diría que la ama. La había dejado, se había ido y no regresaría jamás. Jade se había muerto, se fue y con ella se llevó el corazón de Perrie.