Los guantes y los gorros de lana resultan ser insuficientes para el frío que se siente en las calles de Londres. Las calles cubiertas por una ligera capa de nieve, algunos niños jugando, haciendo ángeles de nieve y aventandose bolas de nieve y soltando carcajadas cuando éstas se estrellan en la cara de sus amigos.
Perrie se detiene a observarlos por un momento. Sonríe con nostalgia y recuerda aquellos días en los que Jade y ella solían hacer todo aquello. Cuando crecieron comenzaron a asistir a fiestas de invierno, una de ellas donde conoció a Charlie y caminar por las calles con un chocolate caliente en las manos y con suerte logrando encontrar algún grupo de chicos cantando sobre las calles, aunque por el frío eso resultase casi imposible. Todo eso se había esfumado en cuanto Jade decidió cambiarse de departamento.
"Necesito un tiempo para mi sola, pero vendré diario a visitarte"
Aquellas palabras le provocaron un dolor en el corazón, sin embargo aceptó la decisión de su amiga, no le quedaba mas que esperar las visitas diarias que ella había mencionado. Las cuales solo cumplió una semana, la siguiente fueron tres días, luego uno y así hasta convertirse en simples llamadas telefónicas o mensajes para saber la una de la otra y que se encontraban bien. Ni si quiera había podido contarle que desde hace un mes que ella y Charlie ya no estaban juntos.
No se encontraba conforme con el hecho de obtener solo mensajes de Jade, presentía que algo tenia que contarle, pero Jade no mencionaba nada mas y ella tampoco insistía. Ya no le hablaba como antes, ya no le decía cosas cariñosas o ya no le mandaba besos como solía hacerlo. Muchas personas hubieran visto rara la manera en la que ellas dos se trataban, pero no le importaba y extrañaba con fuerza aquellos días.
Suspirando, decidió seguir su camino hacia su departamento. Al entrar se llevo con la sorpresa de encontrar un paquete en la mesa ratona del centro de la pequeña sala. Lo tomo para después sentarse sobre el sofá. Desenvolvió el paquete del papel que tenia y se encontró con una caja, al abrirá pudo reconocer lo que seria un álbum de fotos a un lado de él un sobre blanco. Saco ambas cosas y lo restante lo dejo a un lado.
Abrió el álbum y se encontró con fotos de ella y Jade desde el día que se conocieron. Los cumpleaños que pasaron juntas, la casa de árbol que compartían, su primer día de clases, su graduación, aquellos campamentos a los que adoraban asistir. Toda su amistad se encontraba en aquellas fotos. Se permitió soltar una pequeña lágrima al recordar aquellos tiempos, de los que ahora no queda ni la sombra. Cuando termino con las fotos, tomó el sobre y saco la hoja que contenía, la desdobló y se dio cuenta de aquella letra que llenaba la hoja. Era una carta de Jade.
"Perrie, cariño.
No se las palabras exactas para comenzar una carta, supongo que debo preguntar primeramente si estas bien, lo cual me resultaría tonto ya que no recibiré una respuesta. Como sea.
Sé que hemos pasado un año separadas, y no sabes como me duele aquello. Las llamadas no son suficientes para mi y aunque escuchar tu dulce voz calma mis molestias necesitaba ver tu rostro una vez mas, pero eso me resultaba imposible además de sabe que me resultaría doloroso"
Frunció el ceño al leer aquella parte ¿Por que le resultaría doloroso verla? Dándose cuenta de que la única manera de saberlo es leyendo la carta continuó haciéndolo.
"Para mi ya no seria suficiente darte un beso en la mejilla y conformarme con un abrazo para esperar durante bastante tiempo y poder verte de nuevo. No fue fácil para mi darme cuenta de eso ¿Sabes? fui descubriendo que sentimientos extraños hacia ti, cuando iban tomando mas fuerza decidí que lo mejor era darme un espacio para pensar todo aquello nuevo que me estaba pasando, entonces decidí irme. Pensé que de tu parte tendría alguna negación, algo que me impidiera irme a otro lado y estar lejos de ti, pero no fue así. Tranquila, que no te culpo, si los papeles fueran al revés, hubiera hecho lo mismo.
