Querida C, te quiero. Te quiero como el primer día...o incluso más. Pero no soy el hombre ideal, no soy el hombre correcto para ti, no me mereces. Mi oscuridad me consume por dentro, mis demonios cada vez hablan más alto, y tú, querida, tú eres una estrella en pleno apogeo de luz, y necesitas brillar, sin mí.
Sin mí y sin nunca haber sido yo, porque me perdí en el alcohol, me perdí en mis movidas y te arrastré, y me podría permitirte hacerte más daño del que te hago huyendo de ti, porque, C, al intentar sacarme de este pozo supe que eras la indicada, pero así, en este estado, no podemos estar juntos, y puede que nunca podamos estar juntos. Necesitas abrir las alas y volar, emprender el vuelo tan alto como puedas porque tú, necesitas salir de aquí, salir de mí, y ser algo más. Querida C, cuídate tú, que yo nunca supe bajarte la luna, ni hacerte vivir en un cuento de hadas, querida C, emprende tu vuelo, y si salgo de esta, te veré en el cielo.