Label.
Si fuera un cuento de hadas, empezaría con algo cliché como "erase una vez", habría un espacio agridulce para vencer los males que se les enfrentaban, probablemente un momento mágico desde el cual entendían que eran el uno para el otro, por siempre; habría la espera para el ansiado beso de amor y encontrarían el final feliz.
Pero esta historia no era como ninguna de esas historias, porque si fuera un cuento de hadas él seria el villano...
- ¡Fóllame! -liberó en un gemido sensual, uno de esos que es arrebatado del recóndito lugar que limita lo moral de lo inmoral, en ese resquicio de cordura convertido en locura por una sonrisa seductora, un gesto de previa satisfacción. Él no pudo evitar gemir sonoramente.
Aquello comenzaría hace casi cinco años, cuando por asuntos del destino volvieron a encontrarse en una de esas redes sociales que rápidamente se ponían de moda, después de casi diez años de haber separado sus caminos. Uno de esos lugares, en la que más se está interesado en la casi increíble propiedad de recuperar contacto con alguien que en muchos casos apenas recordabas, que, en el hecho de volver a entablar una verdadera amistad, porque, tal vez jamás la hubo.
Como si fuera anuncio de inscripción al infierno, había aparecido su solicitud de amistad, muy poco tiempo después de haber decidido iniciar con una de esas cosas, ya que todos le preguntaban su cuenta de red social, antes que su número telefónico.
Kangin estaba completamente seguro que, en algún momento, o muchos de ellos, había pensado en darle rechazar. Pero habían sido sus inútiles esperanzas estancadas en un espacio del corazón que neciamente se mantenían frescas como lo habían estado atormentado en la preparatoria, lo que hizo que, en un arrebato de lo que él trataba llamar "soledad" le haya dado clic al botón de "aceptar".
De los pequeños saludos habían pasado hacia la obligada recopilación de las buenas nuevas del otro. Que si había hecho la universidad, que si se había emborrachado con todos sus amigos, que si ya había hecho el tan odiado y temido servicio militar, que si había empezado a trabajar, que si se había revuelto de nervios en la horrible entrevista de trabajo, que si veía a alguien o estaba casado o seguía con ese que sabía era su novio, allá, cuando lo perdió la primera vez.
Su cuerpo se contrajo al leer un 'si' en letra Arial.
Su amistad volvió a tomar el mismo sentido que en antaño. En todo el sentido de las palabras, pues al igual que en la preparatoria Kangin tenía que retorcerse de celos al saber al pequeño dichoso en los brazos de Cho Kyuhyun, el eterno amor que lo había reclamado como suyo apenas se hubieran conocido. Igual que como reclamo la fama y fortuna que le cayeron del cielo casi al mismo tiempo.
Porque aquel niñato no había nacido con una estrella, tenía una galaxia entera a disposición de sus caprichos, ya que a diferencia de casi todos sus amigos él había sido el único que había logrado su sueño de volverse cantante, y no cualquier cantante, ¡No! el idol más reconocido de Corea, ni más ni menos.
Pero eso no era nada, nada comparado con el momento cuando aquel niñato desgraciado le había arrebatado de entre los dedos a Lee Sungmin, su mejor amigo de la secundaria.
Sungmin, su niño mimado. Se habían hecho amigos desde el momento que se encontraron de casualidad, primero en la escuela y unas horas después en el dojo del distrito donde vivían. Afines en Tae Kwon Do y dispares en casi todo lo demás, construyeron una amistad a base de sonrisas, exigencias y golpes de ambos lados. Kangin era tan dependiente del cariño de Sungmin que antes de darse cuenta ya bebía los vientos por él, y como todo buen macho, nacido en casa de machos negó sus sentimientos con tanta ferocidad que le explotaron en la cara:
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Label [KangMin]
FanfictionAunque fuera una vez, aunque lo destruyera todo, aunque volviera a perderlo. Quería marcarlo como suyo.