Sorpresa, Osomatsu-niisan

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One-Shot

Todos saben que Osomatsu no es exactamente el mejor hermano mayor del mundo. O el mejor hermano de los Matsuno en este caso. Por eso le resultaba tan fácil que en el momento en que se aburría, el molestar a uno de sus hermanos era su objetivo seguro.

Esta vez, su objetivo era Choromatsu. Lo había seguido para ver que hacía hoy y buscar la manera de estropearle un poco el día. Era tan divertido cuando se enojaba y hacia tantas rabietas aun si le daba un golpe de por medio. La furia de Choromatsu era su diversión así que valía la pena el golpe.

Frotó las palmas de sus manos con malicia mientras se le escapaba una sonrisa cuando lo vio entrar en uno de los conciertos de su tan adorada Nya-chan. Esto iba a ser muy divertido.

Como el nini que era, ni loco iba a pagar por una entrada de una idol vestida de gata, así que se aprovechó de la horda de gente que estaba buscando entrar para robarse, de forma sigilosa y astuta, el boleto que un chico traía en la mano. Osomatsu era un hombre muy inteligente... o al menos él se la creía solo.

Apenas estuvo dentro del lugar, se puso a buscar a su hermano menor entre la multitud. Estaba seguro de que estaría en primera fila, pero para su sorpresa no era así. Ni en primera fila, ni en segunda, ni hasta atrás, ni el medio.

¿Dónde estaba ese maldito pajero?

Ese lugar olía a virginidad pura. ¿Sería que se estaba haciendo una paja en el baño pensando en esa gata? era Choromatsu, claro que lo estaría haciendo. Se dirigió ahora a los baños del lugar, asomándose incluso por arriba de los cubículos para ver si estaba. Habían más vírgenes pajeándose, pero no su virgen hermanito. Salió del baño, buscándolo de nuevo por los alrededores.

Qué raro, ¿dónde se había metido? estaba completamente seguro de que Choromatsu estaba aquí, pero era como si se hubiera desaparecido como si nada. No era posible, él debía estar por ahí.

De repente a Osomatsu se le ocurrió un lugar... ¡Claro! tras bambalinas. ¡Desde ahí seguro Choromatsu se pajeaba viendo las bragas de la idol cada vez que esta se inclinaba hacia delante! Pero bueno, realmente le preocupaba la salud mental de su hermano si en verdad estaba haciendo eso. Una vez más, con sus inquietantes pero por alguna extraña razón efectivas habilidades ninja de sigilo, logró colarse tras bambalinas. Era un genio, si, ¡el próximo Albert Einstein!

Pero cuando llegó no había ningún Choromatsu ahí. Suspiró desganado, al parecer hoy no iba a molestar a su hermanito. Sin embargo, antes de irse, y aún con todo el ruido del escenario, escuchó un montón de ruidos metálicos. Cosas de metal que se cayeron al suelo e hicieron el suficiente ruido para que pudiera escucharlos. Levantó una ceja, yendo a donde le pareció escuchar el sonido para asomarse. Sin embargo, lo que vio le dejó completamente perplejo.

Había encontrado a Choromatsu...pero no estaba solo. Estaba lo suficientemente ocupado como para siquiera darse cuenta de que estaba ahí, viéndolo en shock.
Su querido hermanito se encontraba aferrado con ambas manos a la espalda de un chico, siendo acorralado contra la pared mientras levantaba una pierna y se sostenía de él. El otro chico por su parte, de cabello castaño y corto, pero con un flequillo largo que cubría sus ojos, unas orejas de gato en la cabeza y un par de guantes de patitas gatunas en aquellas manos que acariciaban la nuca y espalda de Choromatsu.

Sintió un escalofrío de pies a cabeza de solo ver cómo su hermano se estaba estremeciendo y arqueando de esa manera en un rincón oscuro siendo manoseado por un hombre. Incluso había visto que se estaban metiendo lengua.

Apenas recuperó la cordura, salió corriendo lejos de ese lugar, y no se detuvo hasta que llegó a casa.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que se tiró al suelo de su habitación boca arriba, mirando fijamente hacia el techo con el ceño levemente fruncido tratando de comprender lo que había visto.

Sorpresa, Osomatsu-niisanWhere stories live. Discover now