Caminó a lo largo del pasillo, todos la miraban con cara de asco.
Se sentía en una absurda telenovela, o mejor aún, en una de esas historias donde la protagonista está en la humillación pública. Sólo con un par de cambios, pues en su situación, ningún príncipe azul, acudiría a su rescate, de hecho, él era la causa de su dolor moral.
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Ni idea.
RomanceCondenada a las eternas habladurías, Grace Alaín, aceptó su destino, convirtiéndose así, en la perra de cualquier historia de amor. Señalando, de cualquier forma, que nada es lo que parece, y que esto es más que ficción. Pues incluso las perras de c...