forever young | liskook.

· f o u r ·

Se encontraba recostada en la cama de su habitación pintándose las uñas. La recientemente rubia, tenía música baja puesta en su reproductor mientras tarareaba.

De repente llegó un mensaje a su teléfono, el cual no habría revisado de no tener un tono distinto grabado por ella misma donde estaba riéndose con su novio.

Tomó su teléfono con sumo cuidado de no remover su esmalte y leyó el reciente mensaje de su chico.

"Mira por tu ventana" decía el mensaje escrito. Lalisa se apresuró a mirar por la ventana que daba hacia la calle pero no vio a nadie allí.

"¿Dónde estás?" respondió la rubia mientras continuaba echando miradas hacia afuera.

"En mi casa, ¿Por qué?" Recibió como respuesta a lo que hizo un puchero y luego frunció sus cejas.

"Tonto. En serio creí que estabas afuera" contestó la rubia bloqueando su teléfono, indignada.

Se sobresaltó cuando un golpeteo en su ventana comenzó a sonar, levantó la vista y pudo divisar la silueta del castaño que le sonreía con burla.

Se apresuró a abrir la ventana y cuando el castaño estuvo dentro, sano y salvo, comenzó a reírse de la rubia la cual comenzó a darle golpes que no le hacían daño pero si dolían un poco.

El castaño se acercó dispuesto a besarla y esta apartó su rostro.

—No. —Dijo mientras intentaba no reírse de la expresión seria del castaño por su rechazo.

Éste terminó riendo y tomó el mentón de la chica, besándola suavemente.

Al final, Jungkook había ido a la casa de la rubia para invitarla a salir, así que se animó a darle una sorpresa.

Lalisa se sentó en la cama de espaldas a él, cuando terminó de cepillarse el cabello y lo tiró hacia atrás, señaló su melena.

Jungkook suspiró y se dispuso a comenzar a planchar el cabello de su novia, cosa que tuvo que aprender a hacer el año pasado solo para que ella se ahorrara el trabajo cuando estuviera con él.

Por mientras el castaño continuaba su tarea, ambos conversaban sobre cualquier cosa para no aburrirse. Al cabo de unos minutos ya habían terminado sus cosas y la menor se incorporó de la cama con una sonrisa.

—¿Vamos?

—Vamos —Respondió el castaño pellizcando una de las mejillas de la rubia.

Bajaron al primer piso de la casa donde se encontraron con los padres de Lalisa, los cuales sonrieron a Jungkook para luego mirarlo con confusión.

—¿En que momento entró Jungkook? —Dijo la madre de la rubia dirigiéndose a su esposo, el cual se encogió de hombros.

—Ya conoces a Jungkook, seguro entró por la ventana. —El chico antes mencionado solo se sonrojó levemente por las palabras de su suegro, confirmando lo dicho y Lalisa rió con ganas mirando al castaño, y se dirigió hacia sus padres.

—Jungkook me ha invitado a salir, volveremos temprano —Dijo Lalisa a lo que sus padres solo asintieron, su hija ya era bastante grande para preocuparse tanto por ella.