Capítulo único

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Bueno, ésta es la primer historia que publico aquí. Es corta, lo sé, pero creo que es lo suficientemente decente para empezar a publicar en Wattpad.

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¿Quieres un beso?

Kenny se hallaba recostado sobre la cama de Kyle jugando con su teléfono luego de haber terminado su tarea minutos antes. Después de todo, éste había ido a la casa de su pelirrojo amigo para le ayudase con dicha tarea y así terminar más rápido.  Por otro lado, Kyle se encontraba leyendo detenidamente un libro sobre su escritorio. Kenny no sabía que estaba leyendo exactamente, pero sí sabía que debía ser mucho más interesante ese libro que prestarle atención a su visita.

Suspiró aburrido; estaba cansado de estar recostado y no hallaba nada entretenido en su teléfono. Guardó el mencionado aparato en su bolsillo y se propuso dormir un rato. Tenía pensado invitar a Kyle a salir por ahí, pero su amigo se veía muy absorto en su lectura por lo optó por no molestarlo.

Repentinamente su estómago emitió un leve rugido provocando que abriera los ojos de inmediato. Su estómago estaba demandando que lo alimentara luego de que hoy se saltara el desayuno por casi llegar tarde a clase.

El chico de parka naranja comenzó a debatir internamente sí interrumpir la lectura de Kyle para que le diese algo que callara a su ruidoso estómago o proponerle salir a comer. De todos modos, antes de decidiese nada, recordó algo que llevaba en uno de sus bolsillos que le ayudaría a engañar a su estómago por un rato. Sacó de su parka los dulces envueltos en aluminio; eran seis en total. Comenzó a desenvolverlos y a comerlos uno tras otro.  Cuándo estuvo a punto de quitar la envoltura del último dulce, se detuvo.

—Quizá deba ofrecerle este último a Kyle —pensó el rubio.

El chico observó a su amigo quien acababa de tomar un vaso de agua a su lado dispuesto a beber de el.

—Oye, Kyle.

—¿Si? —respondió sin apartar la vista del libro.

—¿Quieres un beso? —preguntó el rubio con serenidad como si acabase de proponer dar un paseo por el parque. El anteriormente mencionado tragó el agua con tanta fuerza que tuvo que toser varias veces para no ahogarse. Rápidamente posó su mirada en el otro chico.

—¿Q-qué? —tartamudeó el pelirrojo a causa de tan repentina pregunta. Un notable rubor comenzó a aparecer en sus mejillas —. ¿Qué dijiste? —preguntó algo inseguro de lo qué escuchó.

—Pregunté que si quieres un beso —respondió, nuevamente, con serenidad.

Kenny no entendía el por qué de la reacción de Kyle, hasta que se dió cuenta de la pregunta que hizo. Claramente, su amigo no sabía que se refería a un chocolate. El chico de naranja hubiese aclarado todo de inmediato de no ser porque su aburrimiento y ganas de molestar al judío un rato ganaron por sobre su buena voluntad.

—¿Y bien? —se sentó en la cama en la que se hallaba para poder ver mejor al otro chico —; ¿Quieres sí o no un beso? Responde porfavor — dijo con cierto tono coqueto en su voz.

—¿Qué mierda Kenny? —el rubor del judío se oscureció hasta quedar casi tan rojo como su propio cabello —. No puedes estar preguntando enserio.

¿Quieres un beso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora