Magic Voice ✧ Larry Stylinson [AU]

2.

—¿Para que necesitas hablar conmigo, Louis?

—Uhm...yo quería preguntarle sobre mi...bueno, sobre nosotras las hadas en general. Usted es la mas sabia, ¿no es así? Creo que es la mejor opción para acudir cuando se tienen dudas sobre las hadas, me refiero a que...

—Entendí, Louis —sonrió— ¿Cuál es tu duda?

—Es sobre las alas, ¿en qué situaciones o circunstancias las alas pueden brillar? Es decir, a un brillo muy...brillante?

—¿Te refieres a un brillo de colores? Eso podría significar algo importante.

—No, no. No es de colores. Es solo un brillo mas intenso que el normal.

La reina se quedó pensativa por un momento, intentando recordar alguna de todas las razones que había para que las alas consiguieran un brillo diferente.

—Cuando esto te ocurre, ¿dónde estás? ¿con quién?

—Cuando estoy con Danielle. Bueno, cerca de ella. Por eso venía a preguntar por qué pasaba eso, ¿a qué se debe?

—Te gusta Danielle, ¿no?

—Si, eso sí. Pero también a Niall le gusta un hada artesana y no quiere decir que le brillen las alas cuando ésta se acerca a él.

—Quiero decir, Louis, tu quieres a Danielle. Le tienes un cariño más allá del "me gusta". Verás, las alas están conectadas a nosotros, nuestros sentimientos, nuestras acciones. Además de eso, ellas pueden sentir por si solas, quizás no de una manera tan especifica como nosotras, pero de igual manera pueden hacerlo. Cuando existe un cariño más allá de la amistad entre dos hadas, quiere decir que existe ese sentimiento que puede ser definido como amor. El brillo del que tu me hablas no está ligado a lo que se llama un amor que esté muy destinado a ser, pues en esos casos el brillo se presenta de diferente manera. Pero eso no quita el hecho de que sea amor.

—Así que... ¿amo a Danielle?

—Si, Louis. Amas a Danielle.

[...]

Despertó de golpe encontrándose con la oscuridad en la que se había hundido desde que regresó de aquel refugio, su respiración estaba un poco acelerada por ese sueño-recuerdo que tuvo. A raíz de todo, había evitado a todos sus amigos, a pesar de que ellos lo visitaban a diario, él nunca les abría la puerta. No quería.

Suspiró, pasando sus manos por su cabello y analizando cada palabra que apareció en el sueño.

¿A eso se refería la reina con "un amor que no esté muy destinado a ser"? ¿Un amor dónde uno es devorado por un halcón?

Esas eran las dos únicas preguntas que rondaban por su cabeza desde que Sonia le había dicho la noticia. Intentaba ser un poco optimista repitiéndose que "A Danielle no le gustaría que estuviera así" pero simplemente no podía, porque eso no debería de haber terminado así. Si de alguna manera ella iba a desaparecer de la vida de Louis, tenía que hacerlo de otra manera. Quizás yéndose a otro reino de hadas, quizás quedándose en tierra firme, pero nunca así.

—Louis —tocaron la puerta interrumpiéndolo de la profundidad de sus pensamientos— ¿Podrías abrirme?

—Niall, por favor. No quiero ver a nadie.

—Tengo que decirte algo importante.

—Bien, pues dilo desde afuera. Te escucho.

—Necesito que salgas.

—No lo haré.

—Eres el hada mas asquerosa y terca de todo nunca jamás —suspiró y se recargó en la puerta— Entre la reina, Billie, Sonia y yo organizamos una ceremonia en conmemoración a Danielle, ella siempre fue un hada ejemplar, no podemos simplemente dejarla ir así porque sí.

—Niall, ¿Cómo se les ocurre hacer eso? Me siento culpable, siento que fue mi culpa. Si yo hubiera puesto más atención a mi alrededor eso jamás hubiera pasado. Es mi culpa, no pienso asistir.

—Basta, no fue tu culpa. ¿Me escuchas? De verdad no fue culpa de nadie, lamentablemente las cosas pasaron y no creo que haya habido alguna manera de poder evitarlo.

—No quiero ir, Niall.

—Nunca te lo pregunté, te espero en una hora al pie del árbol del polvillo. Deberías asistir, eras de las personas más significantes para ella.

El rubio se retiró de ahí. Después de ya no haberlo escuchado, Louis se levantó de su cama.

Está bien. Se dijo a sí mismo, No creo que a ella le hubiera gustado que no asistiera. Sé fuerte, Louis.

Salió de su casa, deslumbrándose por toda la luz con la cual no había tenido contacto por días. Con las pocas fuerzas que logró unir, intentó volar. Pero estaba débil, sus alas no respondían muy bien, y se había quedado sin polvillo. La mayoría de las hadas estaban en el árbol, así que era muy difícil que alguien pudiera ayudarlo a ir, caminó lo más rápido que pudo hasta allá. Cuando llegó, se abrió paso entre todas las hadas que estaban alrededor de un pequeño altar conmemorativo con cosas que la distinguían. Niall y Sonia se encontraban al lado de ellas, se acercó lentamente y fue recibido por un fuerte abrazo de sus amigos. Unos destellos aparecieron y en seguida la figura de la reina emergió de ellos.

—Hadas de nunca jamás —Comenzó a hablar, acercándose a quienes estaban al lado del altar— El día de hoy, estamos reunidas para conmemorar a Danielle. Un hada de vuelo veloz, una amiga muy leal, y por supuesto, una gran novia —miró a Louis, quien se encontraba siendo abrazado por Sonia— Lamentablemente la perdimos de manera física, pero ella siempre estará en los corazones de cada hada que tuvo la fortuna de conocerla. Mi más sentido pésame, dirigido especialmente a su mejor amiga, Sonia. Y a su pareja sentimental, Louis. Pedimos un momento de silencio.

El lugar ya estaba bastante silencioso, pero pareciera como si el mundo se hubiera detenido en ese preciso momento.

—Louis, Sonia —habló la reina rompiendo el silencio— Acompáñenme, por favor —después miró a todas las demás hadas— Sabemos que fue algo corto, pero solo fue para honrar a Danielle como se debe. Pueden retirarse a seguir haciendo sus actividades.

Louis subió con ayuda de Sonia al árbol para tomar un poco de polvillo y después siguieron a la reina hasta su despacho.

—Chicos, la razón por la que les llamé aquí es porque, sé que ustedes dos eran quienes más amaban más a Danielle. Así que quiero ofrecerles una clase de estancia en tierra firme, tenemos algunos lugares donde pueden quedarse. Es más que nada para que puedan relajarse y poder sobrellevar mejor esto.

—Reina Anne, es usted muy amable —respondió Sonia con una sonrisa— Pero yo tengo mucho trabajo aquí, no puedo darme ese lujo. Creo que, en vez de alejarme, me quedaré aquí. Me ayudará más.

—Es tu decisión —le dijo en un tono suave— ¿Y tú, Louis?

—Yo sí —respondió rápidamente— No soy tan fuerte como Sonia, acepto su oferta, reina Anne. Gracias por pensar en nosotros.

—Bien, pues dicho esto, hablaré con unas hadas de tu talento para que te guíen hacia el refugio de las hadas del agua. Pasarán por ti al anochecer.

—Reina Anne, es usted demasiado linda. Gracias —dijo Louis con una sonrisa, la Reina se la devolvió.

—Entonces...te vas —habló Sonia cuando salieron— Te vamos a extrañar.

—No lo hagas ver como que me voy para siempre, solamente será poco tiempo. Necesito distraerme mucho.

—De igual manera te visitaré.

—Me ofendería si no lo hicieras.

Se dedicaron una última sonrisa antes de volar cada uno hacia sus hogares.

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¡No me morí! Disculpen la tardanza, después de esto ya intentaré actualizar un poquito mas seguido. Gracias por leer.
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Love, Ari.