Cada noche, una agonía se apoderaba de mí mientras una miríada de imágenes se desplegaba como un tormentoso desfile de recuerdos. Sin embargo, no eran reminiscencias alegres las que se manifestaban, sino una sensación de pérdida y temor que me envolvía. Una y otra vez, la figura de una mujer emergía, su mirada actuante como un espejo de angustia. Aunque luchó por enmascararla, su aflicción resultó innegable, imposible de ocultar.
- Necesito que te calmes, pequeña – Suplicaba en murmuras, puesto que no dejaba de llorar.
Mi pequeña versión no entendía lo que estaba sucediendo, la rapidez en como acontecía la situación solo me permitía distinguir mi alrededor: muchos hombres con armas persiguiéndonos. La mujer me cargó en sus brazos y corría, era tan estresante la situación que fue un reto ver su rostro, aun así, solo pude ver sus ojos claros. Permanecí despierta mientras esas imágenes se reproducían una y otra vez en mi cabeza.
-Hope despierta, se hace tarde
Alcancé a escuchar el grito distorsionado de mi madre mientras se acercaba a mi habitación, era imposible no escuchar el crujir de las escaleras de madera en cada paso que daba. Poco a poco mis sentidos estaban orientándose mientras que mis latidos cardiacos se estabilizaban. Observé cuidadosamente mi habitación para cerciorarme que ya estaba completamente despierta, todo estaba en su lugar; el pequeño sillón viejo que mi padre me regalo cuando tenía diez años de edad, el closet café empotrado a la pared junto a la puerta, el pequeño espejo redondo y dorado el cual era lo único que le daba color a la habitación, colgaba encima de una mesita de noche, y sobre ella mi cadenita; recuerdo tenerla desde que tengo memoria, su figura es una daga con un numero grabado 101627, nunca supe su significado, solo esos objetos decoraban mi habitación.
- Hope, cari... -. dijo mi madre interrumpiendo su frase - . ¿Qué tienes? ¿Qué te sucedió? – . Continúa diciendo
Se acercó con su rostro lleno de preocupación, lo sabía, porque siempre lo estaba cuando su ceño estaba fruncido, a tal punto que sus cejas casi se tocan. Sus ojos negros como una noche de invierno compartían la agonía de mis sueños, era la que siempre me rescataba de ellos
- ¿Por qué estas hiperventilada? ¿Los sueños otra vez? -. No pudo ocultar su aflicción
-Sí – dije muy bajo - .Nuevamente esos sueños que se repiten en mi cabeza una y otra vez – .Traté de aclarar mi garganta, se sentía muy seca - .Y lo peor es que siguen reproduciéndose en mi mente estando despierta, son muy reales
Pasé mis manos sobre mi rostro tratando de apaciguar el sudor que me envolvía. En ese momento ella se sentó al lado mío, me abrazó asegurándome que todo estará bien ¿Realmente estaré bien?. Frecuentemente me preocupo por todo, estoy nerviosa y muy ansiosa, pienso mucho en mí, en mi familia, las comunidades todo lo que significara el futuro y lo que me depararía.
- Cariño ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a Pool y le diga que no iras a la biblioteca hoy?
-No - le respondí levantándome de un salto - .Hoy más que nunca tengo que ir a la biblioteca, Pool me dará acceso a un archivo que desde hace mucho he querido leer
Creo que hablé más de la cuenta. Mamá odiaba que estuviera de curiosa, siempre me había dejado llevar por mis instintos, cosa que le resultaba un poco molesto a mis padres.
-Hope ¡ten mucho cuidado! – advirtió con cara de pocos amigos. Era rara verla de ese modo - .Leer archivos sobre las comunidades puede hacer que te involucres en problemas que no te competen – ella sabía de que archivos hablaba - .Puede generar que los lideres te tengan dentro de la lista de personas de interés.
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Sublevación.
FanfictionPrólogo La senda de lo que anhelábamos se perfilaba de un modo incierto en el horizonte. A pesar de mis escasos dieciséis años, jamás me vi abrumada por las pruebas que se avecinaban. Sin embargo, aquel día ominoso se aproximaba rápidamente, y las p...