Capitulo 3 : La Llave

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Tenía miedo, era tarde y me iba a costar, yo no quería, pero mi cuerpo no podía más, eran las 4:15 y hacía rato que estaba medio dormido. " No puedo más. " Pensé, me acosté con esperanzas de no tener sueños raros, pasaron unos veinte minutos, siempre he sido el típico niño que le costaba dormirse mas de lo debido, entonces pasó algo que me dejó blanco...

— No te vallas a dormir... — Una voz aguda, con un tono alegre, de niño pequeño. Entonces vi a mi padre, de pie en el pasillo.

— ¡ Papá ! — Quería que viniera, con el me sentía seguro, eso pensaba.

— Que pasa hijo, tranquilízate. — Tenía una voz... , no se como explicarlo, no era su voz.

— Papá, he oído una voz, tengo miedo... — Dije alarmado y con el corazón en un puño.

— Tranquilízate... — Que le pasaba, no parecía el.

— ¿ Papá ? — Dije extrañado.

— Hijo... , estoy aquí, ven... , acércate... — Que estaba pasando, cada vez estaba más asustado, cada vez todo era más raro, cada vez temblaba más, cada vez...

— Ven aquí... , ven con papá... — Que era esto, de verdad estaba pasando.

— Hijo... — Mi padre entraba lentamente en mi cuarto.

— ¡ Aaagh !— Que pasaba, intentaba comprenderlo, no podía.

— Hijo... , yo nunca te haría daño... — Cada vez más cerca, mi respiración se aceleraba.

— Hijo... — Se acercó a mí oreja, yo estaba temblando, a punto de desmayarme, lo único que quería era que todo se acabara, quería salir de mi cuerpo para escapar, sentía que ese iba a ser el final.

— Sube la cuerda... — Me susurró al oído.

— Sube la cuerda... — Me dijo una segunda vez, su voz se volvía cada vez más aguda.

— Sube la cuerda... — Su voz cambiaba en cada letra, el tono subía y bajaba sin parar.

— No abras la puerta... — Fue lo último que me dijo, se fue de mi cuarto, sin decir nada más, un silencio sepulcral invadió mi cuarto, en ese momento, la efímera paz que sentí se acabo, era mi padre, asomó la cabeza.

- Recuerdalo, no abras la puerta... - Se fue corriendo, sin despedirse, simplemente, se fue.

— ¡ Papá ! ¡ Noo ! — Dije sobresaltado, se me salio el alma en ese grito.

— Hijo tranquilo, has tenido una pesadilla, pero no pasa nada, todo está bien. — Era mi madre, estaba sentada al lado mío.

— ¿ Que hora es ? — Le pregunté aturdido.

— Las nueve y cuarto. — Su voz tierna y cariñosa me tranquilizó.

— ¿ Y papá ? ¿ Donde está ? — Le dije con miedo

— No te acuerdas, se iba a Roma, ha salido por la noche. — En ese momento me quedé pálido, no sabía cómo reaccionar.

— Ah... Es verdad... — Le contesté, estaba en Shock.

— Bueno hijo, descansa un poco, que veo que estás un poco pálido. — Se fue a la cocina y se encendió un cigarrillo. Me quedé solo en mi cuarto, seguía sin creerme lo que me estaba pasando, me habían escuchado decir que quería entrar en el gimnasio,  habrían vigilado mi teléfono, ¡¿ Que pasaba ?!

— Raquel, tenemos que indagar en esto, tenemos que saber qué pasó aquel día en 1998. — Le puse por WhatsApp, tardo en contestarme.

— Nadie de los que estuvieron allí está en el instituto, los alumnos ya se graduaron y el profesor se jubiló. — Tenía razón, no se me ocurría nada, no sabía que hacer.

— Seguro que nadie que estuviera en el 98 sigue ahora, ¿ El director ? — Me acordé de que mi padre había ido al mismo instituto que yo, y a principio de curso me dijo que le diera recuerdos de su parte.

— Claro, el director, no se me había ocurrido, tenemos que preguntarle, pero ya estará de vacaciones. — Me respondió Raquel.

— Que va, el director y los profesores terminan de trabajar en Julio. — Le dije, creo que ya tenía plan para la tarde.

— Que venga también Guille, dile alguna excusa, que yo, me voy a desayunar. — Apagué el móvil y me fui a la cocina y desayuné, un par de tostadas, no me gustaba desayunar algo muy abundante.

— ¿ Ha vendido Guille ? — Le dije a Raquel, quedamos en la puerta del instituto.

— Que va, está en casa de su abuela. — Siempre se iba con ella, yo le entendió, un día probé sus albóndigas y desde entonces las de lata no me saben igual.

— Va, ¿ Llamamos no ? — Me preguntó Raquel, en ese momento tocamos el teléfonillo y nos respondió la secretaria.

— Queremos hablar con el director. — Dijo Raquel con tono serio.

— Voy a hablar con él, os abro. — Entrambos y esperamos unos 20 minutos sentados en frente de su despacho.

— Hola chicos, ¿ Qué hacéis por aquí ? — Nos pregunto con un tono amable.

— ¿ Qué pasó en el Gimnasio C en el 98 ? ¡ Responde ! — Le dijo con un tono agresivo, incluso intimidante.

— Tranquilo jovencito, ese tono cuando hables conmigo. — Me dijo, parecía enfadado.

— ¿ Como sabes eso ? — Me dijo extrañado.

— Lo sabe todo el mundo. — Le contesté, la conversación se tensó.

— Lo siento pero no estoy autorizado para decirte algo sobre eso. — Me dijo queriendo tirar balones fuera.

— ¡ Mientes ! — En ese momento no supe controlarme, me desahogué con ese grito.

— Bueno esto es el colmo, fuera de mi despacho, ahora mismo. - Me respondió enfadado.

— Pero... —

— ¡ Fuera ! — Me dijo con un tono cortante, zanjó la conversación con ese grito

— ¿ Y tú qué quieres ? — Le preguntó a Raquel

— Me puedes acompañar al gimnasio B, quiero ver si está mi chaqueta y no tengo llave. — Le dijo Raquel con una voz dulce, el directo cogió la llave y los dos salieron.

— Detrás del armario verde. — Me susurró Raquel al oído, lo de la chaqueta era una distracción, nunca me lo habría imaginado, cuando salieron del despacho entré y cogí la llave del Gimnasio C, lo habíamos conseguido, todos gracias a ella.

— Eres una genio. — Le dije al verla salir por la puerta principal.

— Lo sé, ¿ Tienes la llave ? — Me dijo con un tono vacilón.

— ¿ Mañana entramos no ? — Le pregunté enseñándole la llave.

— Perfecto. — Me dio un beso en la mejilla y se fue, se la notaba feliz. " Que genia " Pensé.
Llegué a mi casa a las ocho y empezé a intentar convencer a Guille.

— Guille tío, mañana vamos a hacer algo genial, vamos a ir al Parque de Atracciones. — Le dije, era mentira.

— Ostras' que guay, me apunto. — Ya le había convencido, más fácil de lo que pensaba.

— Raquel, ya he convencido a Guille. — Le puse por WhatsApp.

— ¿ Si ? Pues muy bien, ya somos tres, mañanas abrimos la puerta C. — Me contestó. Esa noche me acosté con ganas de despertarme, quería resolver el misterio. Esa noche no pasó nada y me desperté bien, sin ningún misterio. Pero, no todo era tan bueno como pensaba, al abrir los ojos, note algo en el techo, no sabía muy bien lo que era, tenía la vista borrosa.

- ¿ Qué es eso ? - Dije aturdido, no soy la persona mas avispada y menos recién levantado, entonces, pude ver con nitidez, era la llave pegada al techo, encima mío, en ese momento, no sabía que pasaba y cuando menos me lo esperaba la llave bajó a toda velocidad hacia mi cabeza, conseguí apartarme, la llave se clavó en el colchón y acto seguido se calló al suelo.

— Joder, podría haber muerto. — Esto era cada vez más peligroso, cada vez había más riesgo... Y cada vez, tenía más ganas de entrar en el Gimnasio.

















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⏰ Última actualización: Oct 01, 2018 ⏰

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