-Señorita Verizosky a dirección. ¡Ya! - grita el profesor de química.
Cuando me voy dirigiendo a la dirección me encuentro con otros chicos que me parecía raro verlos por ahí, nunca los había visto en la sala de espera para hablar con el director y al frecuentar prácticamente todos los días este lugar me extrañaba aún más su presencia. Me siento en el suelo ya que no había sillas disponibles, para ser un colegio bastante popular eran bastantes las carencias que tenía. Me puse mis auriculares y reproduje "Girls like you" de Maroon 5 no tan fuerte así que podía escuchar lo que hablaban, pero al verme con auriculares no me molestarían y no crean que soy una chusa, solo me gusta estar bien informada.
Estuve esperando alrededor de cinco minutos cuando veo que aparece el capitán de rugby, Ciro, con su típica caminada de galán y con la ropa del equipo. Me causa un poco de curiosidad que el ande por acá ya que según las habladurías es un buen alumno, pero podría estar aquí por diferentes razones no solo por portarse mal.
Se sentó a mi lado y yo le quedé mirando con desconcierto, pero no le di importancia, ¿Que más si se sentaba al lado mío? No es como si yo tuviese una enfermedad terminal para que no se me acerque.
-Señorita Slang, pase por favor. El director la espera- dice la secretaria.
-Agh... no sé porque estoy acá, no he hecho nada- comenta a nadie en particular la simpática Afrodita.
Agarra su bolso de Chanel, se para y se dirige a dirección; no se molesta en tocar la puerta solo entra. ¿No le enseñaron a ser educada en su casa con sirvientes, grandes jardines y esas chucherías de niños ricos? Me parece que no. No entendía que hacía en esta escuela teniendo la posibilidad de ir a un mejor instituto.
Afrodita sale un rato después con una cara de bulldog ingles que era mucho peor que con la cara que había entrado. Pretendía preguntarle que le había dicho el director, pero con esa cara mejor ni respirar muy fuerte. El que si tuvo la valentía suficiente fue Ciro.
-Diosa, ¿qué paso ahí adentro? ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Todo bien? - la atrolló a preguntas mientras se levantaba y se interponía en su camino. Las facciones de su cara se suavizaron un poco.
-Se enteró que tuve unos deslices con algunos de los jugadores del equipo aquí en el instituto y me ha dado un mes de detención. -dijo lo último rodando los ojos.
-Te dije que se enterarían, pero no me escuchaste-dijo Ciro con un leve tono de reproche.
Por lo que había escuchado en los pasillos ellos eran como hermanos ya que habían crecido prácticamente juntos, sus familias eran muy amigas entre sí. En el instituto ellos se relacionaban bastante ya que ella al ser Mrs. Popular y él al ser Mr. Popular compartían algunas que otras amistades y sus grupos convivían.
-Si si, lo que digas- dijo la reina de la belleza rodando sus ojos.
-Verizosky, su turno- dijo la secretaria mirando por encima de sus lentes. Esa señora me causa más miedo que a Chucky y a ese pendejito sí que le temía, solo tenía que escuchar su nombre para ponerme a temblar.
-Se-seño-señora, yo lle-llegué primero tengo clase dentro de 5 minutos- dijo Iago en un susurro entendible, tiene una linda voz para hablar poco. Él siempre me causó algo de curiosidad, en realidad todos los marginados por la sociedad me causan algo de intriga, puede ser que me causen eso por ser una marginada como ellos.
-Verizosky vaya rápido, que el señor Domoor no está para jugueteos- dijo la secretaria ignorando vilmente al pobre de Iago.
-Disculpe señora, pero Iago le ha hablado- dije, pobre niño vivía siendo ignorado por estos idiotas.
-Verizosky-dijo la vieja con un una voz dulce y una sonrisa falseada.
- ¿Si? - dije con suspicacia entrecerrando los ojos.
- ¡CÁLLESE! - gritó y pegué un saltito por el susto.
-Oiga, que ella le dijo de buena manera- saltó Ciro.
- ¿Tanto revuelo van a hacer por el orden? -preguntó la vieja desagradablemente.
-Sí, ¿Algún problema con eso? Iago es el que más clases tiene de nosotros. - dijo Afrodita para después darle una sonrisa sin mostrar los dientes al pobre Iago y mirando de nuevo en dirección a la secretaria dijo- Y gracias a él esta institución sigue en pie, porque le recuerdo que si no fuese por su excelente promedio y por las "caridades" de mi padre usted estaría de patitas en la calle.
La odiosa señora se levantó de mala gana, golpeando su mano en la mesa, y se fue a la oficina del director, un rato después salió.
-Todos, adentro- dijo mirándonos a los ojos y haciendo un gesto con la cabeza hacia la puerta de la oficina del director. Lentamente me levanté y los cuatro empezamos a caminar con cierto temor- ¡RÁPIDO! - rugió dándonos un susto, haciendo que aceleremos el paso y nos peleáramos por quien entraba primero a la oficina.
No era una oficina muy extravagante, contaba con un escritorio lleno de papeles y una computadora que necesitaba una pronta jubilación que me sorprendía que aun siguiera funcionando, la silla en la que se encontraba el director, dos sillas en frente del escritorio y tres estantes llenos de carpetas con, los que suponía eran, nuestros expedientes.
El último en entrar fue Iago que cerró la puerta una vez que estuvo adentro de la oficina. El director hizo una seña para que nos sentemos, pero había un inconveniente, solo había dos sillas y nosotros éramos cuatro. Así fue como empezó una discusión por quién ocuparía ambas sillas.
- ¡BASTA! - gritó el director- Señorita Slang y señor Serfiraz siéntense por favor.
- ¡¿QUE?!- dijimos Ciro y yo.
-Es una falta de respeto hacia mi persona- digo- tengo que ser prioridad, creí que éramos amigos Doomi.
-Por favor Maia, estas sillas suplican que no vuelvas más. Pero mira, sin falta estas presente todos los días. No ven la hora de que te gradúes.
-Vaya Doomi parece que hoy estas de buen humor. Cuéntame que es lo que te tiene tan contento- digo y me siento en su mesa.
-Ya sabes- me dijo recostándose por su silla- en casa...-fue interrumpido por la odiosa que se aclaró la garganta- ¡Oh! Cierto, chicos había olvidado que se encontraban aquí. Me dijo la secretaria que discutieron allá afuera y que la insultaron. Eso conlleva a dos meses de castigo, tres veces por semana después de clases. Pueden retirarse.
-Pero... - dijimos todos. Cuando íbamos a empezar a hablar el señor director nos interrumpe.
-No acepto quejas, adiós. - dicho eso agarró su celular que justo había empezado a sonar.
Rápidamente salimos y nos quedamos afuera de la oficina, nos miramos con cierto deje de indignación y bronca hacia la secretaria ya que no sabíamos cómo actuar después de ser injustamente castigados por ella. ¿Qué se creía? No le habíamos hecho nada y como una chiquilina se había quejado por algo que no habíamos hecho.
-Yo-yo me voy, tengo clase- dijo Iago y esa fue nuestra señal de salida.
-Nos vemos mañana, muchachos- dije y me apuré para salir de ahí.
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¡Hola! les dejo el primer capitulo y a Ciro, nuestro galán.
Espero que les guste y si lo hace voten...
Gracias por leer :]
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Detención
RandomMaia es una chica que no le gusta acatar ordenes, aunque esto le traiga problemas, es más, son su pasatiempo favorito. Es una visitante frecuente de la sala de castigo alias "Detención", después de una discusión con su odiado profesor termina en dic...