Club Penguin - La Vida de Un Pingüino.

Primer Día En Club Penguin

Primer Día En Club Penguin

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En Club Penguin estaba todo tranquilo, habían chicos de otras islas por intercambio en la Institución Pingüina. Habían muchos chicos nuevos, y allí estaba, Kenny G.

Un chico de color blanco ártico, un peinado de barrido de escoba marrón, un cangurito negro con unas gafas negras y unos zapatos negros desatados.

Casi toda la atención iba hacía el, que por tanto, Ryan Ártico, el chico más guapo de la escuela (y más antiguo), estaba enojado por ello.

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— Bueno, hoy tenemos chicos nuevos de intercambio —Dijo la profesora seguido de pasar a los alumnos nuevos.

— Hola, mi nombre es Michael Nevado, pero me pueden llamar Mike —Dijo nervioso, era algo peculiar. Fue a sentarse.

— Que onda, me llamo Derek Pingüinson, y pues espero llevarme bien con todos —Fue a sentar con mucha confianza.

— Holis, mi nombre es Samantha Snowflake, me pueden decir Sam —Dijo la rubia llamando mucho la atención con sus trenzas. Fue a sentarse.

Todos estaban esperando a que aquel chico de cabello oscuro hablará, pero el era inmune a las miradas.

— Señor G (pronunciación: Yi), ¿No va a presentarse con los alumnos —La profesora le dijo en un tono enojado—, ¿Acaso usted habla otro idioma? —Dijo con sarcasmo.

Aquel chico de cabellos oscuros suspiró y fue delante de el escritorio de la profe.

— Wenos días, my name is... —Hizo una pausa previa—, Kenny Gaster, pero pueden decirme G, como hace un momento me llamo la profesora... —Hizo otra pausa, miro a todos con una cara tipo Poker Face—, Nutella para todos —Fue a sentarse al lado de una chica de cabello marrón al igual que el suyo.

La profesora de matemáticas puso muchas tareas, hasta que hubo un momento donde fue al salón de maestros.

— Hola, soy Kenny —Dijo el pingüino saludando a su compañera.

— Holis, soy Megan Storm —Dijo acariciando sus trenzas.

— Bueno, yo digo que no entendí nada —Dijo abriendo mucho sus ojos.

— Jajaja, a la primera vez no entiendes ni A, pero luego te acostumbras —Dijo entre carcajadas.

Los dos chicos de cabellos morenos estuvieron toda la clase parlancheando. Llego la hora del receso, todos estaban comiendo su delicioso almuerzo.

Kenny se dio cuenta que todas las chicas lo miraban y murmuraban.

— ¿Te pasaba esto seguido en tu antigua escuela? —Preguntó Megan alzando su ceja.

— Sip, pero que un chico de último grado me fulmine con la mirada... No —Dijo refiriéndose á Ryan.

— Pues, no le hagas caso, oye y, ¿No tienes donde quedarte a dormir? —Preguntó mientras terminaba su sándwich.

— Nah, aún no, voy a ver si estan alquilando iglúes por alguna parte, ¿Porqué la pregunta? —Le respondió mientras se recostaba en un árbol.

— Hermano, ¡Quédate en mi casa Kenny, podemos pagar la renta entre los dos, yo trabajo en el café y, tú puedes buscar trabajo y listo! —Dijo emocionada.

— Ok, ¿Cuantas habitaciones hay? —Preguntó con dudas.

— Hay 2, y un solo baño —Dijo entre carcajadas.

El pensó dos veces y asintió con la cabeza.

— Pero habrá guerra en el baño —Dijo sonriendo.

— Vivía con 7 hombres en mi casa, descuida —Dijo riendo.

Kenny y Megan tenían un trato, Kenny viviría allí hasta que compre un iglú, y Megan le aguantará los gases.

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— ¡Tu iglú es genial! —Dijo asombrado por el iglú.

— Gracias, y aquélla es tu habitación —Le dijo con una sonrisa.

— Bueno... —Miró su reloj—, son las 9:35 PM, hoy es viernes 28 de Septiembre, a dormir —se acostó y cerró los ojos.

— Buenas noches.

— Buenas noches.

Y cayeron ambos en un sueño profundo.

Fin.