En la cima de la colina mas alta

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Turino después de su desesperada idea y obsesión que no controlaba, se decide.

Por fin tomara acciones concretas para resolver su locura desenfrenada pero interna, por contemplar aquellas estrellas tan deseadas de tan cerca.

Su madre sospechaba de su misterioso plan, pero sin inquietarse lo dejaba, su razonamiento era que tenía que aprender en la noche a noche.

Turino, avanzo tres kilómetros desde su casa a la colina más alta, subió cansado pero ansioso de llegar ¿que pretende este pequeño descerebrado al subir? se preguntaba el mismo, seguía con su plan nadie lo entendería.

Faltaba poco menos de 4 horas para que se asomara el primer rayo de sol, el quemante primer rayo de sol, por fin llego a la cima de esa colina, la colina más alta que a su corta edad conocía, las veía tan cerca que lloro de felicidad.

Estiro sus manos feliz y ansioso para tocar una de ellas y quizás atraparla, como cual humano intenta agarrar una mariposa; para su decepción !No lo puede creer! no las alcanza poco alcanzo a lamentarse cuando su reloj le avisa que quedaba poco para el primer rayo de sol.

Corre veloz para poder sobrevivir al día que se avecinaba, y recordaba los concejos de su madre que le decía no salgas fuera de casa después de la alarma del reloj, puede ser muy peligroso.

Por otro lado Furina estaba asustada, no sabía donde estaba su hijo cuando ve que en las ultimas montañas que se venía los cristales ya reflejaban la luz del sol de a poco.

Turino seguía corriendo veloz sin parar, asustado cansado, pero más que eso decepcionado y triste por no conseguir su estrella que luego se la regalaría a su madre Furina, no había tiempo para pensar en volver ya que la luz lo perseguía.

Furina intranquila se asoma nuevamente, a los minutos lo ve que entra por la puerta, con cara de llanto y el rostro más apagado que de costumbre, Furina enojadísima producto de la preocupación le lama la atención.

Turino no tiene más remedio que contarle su misterioso plan que acababa de ser frustrado por el mismo, Furina se enterneció lo beso en la frente debajo de su nariz y le dijo.

"Turino hijo mío, no necesito una estrella brillante para saber que tú me amas"

Entonces Turino comprendió que la estrella no era el amor que el sentía por su madre, si no que era la frustración por ser alguien, y hacer algo importante que lo marcase y trascendiese.

Dejo su obsesión por las estrellas, ahora quería aunque fuese solo conseguir un planeta pequeño para su madre.

TURINO EL MARCIANOWhere stories live. Discover now