Día 44. Narración de HyunJin I

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Golpeé con fuerza los manubrios de la motocicleta y deseé con todas mis fuerzas haber tenido una maldita bocina y haberla hecho sonar con fuerza.

¿Por qué el maldito trafico tenía que estar así justo hoy? ¿Justo ahora?

Mierda, mierda y más mierda.

El semáforo por fin dio la luz verde y sentí como los nervios aumentaban con cada segundo. El hospital estaba a cinco cuadras, más si no quería seguir atrapado en el maldito tráfico, tendría que tomar un desvío que convertiría esas cinco cuadras en diez.

Apenas los autos dejaron una pequeña brecha, mi motocicleta salió disparada entre ellos siendo recibida por amables pitidos de bocinas. Doblé por una calle menos transitada y seguí mi camino a todo lo que la moto daba en línea recta al hospital.

Apenas divisé el aparcamiento del recinto aceleré lo último que mi fiel motocicleta podía y pase de largo por la caseta del guardia que para mi suerte, estaba aún vacía. Cuando encontré un lugar donde estacionar la moto, prácticamente la aventé al piso y salí corriendo disparado hacia el elevador que quedaba a un par de espacios a la derecha.

Solo de suerte alcancé a tomar un elevador casi vacío en donde solo había una mujer joven que me miró con algo de pena cuando entré.

Ya era hora de tener un poco de suerte en algo.

Volteé hacia el otro lado y pude ver mi horrible reflejo en el espejo del ascensor. Tenía unas ojeras enormes y los ojos rojísimos, lo que obviaba que había estado llorando mucho. Mi nariz roja contrastaba contra mi piel asquerosamente y mi cabello estaba revuelto por la velocidad a la que había ido en la motocicleta.

Me veo horrible.

Ignoré por completo mi aspecto para dirigir la mirada a mi celular. Al ver la hora, mi rostro se descompuso.

12:25 p.m

12:25

¡MALDICIÓN!

¡LA PUTA OPERACIÓN ES A LAS 12:30!

-¡Mierda!- Exclamé mientras la impotencia y la rabia de juntaban dentro de mi luchandose por un espacio.

La campanilla del elevador sonó indicando que había llegado a mi piso, e inmediatamente, antes de que pudiera procesarlo, mis piernas comenzaron a impulsarse hacia adelante lo más rápido que pude. Las lágrimas se acumulaban cada segundo más en mis ojos.

No voy a llegar.

¡SeungMinnie!

Si alguien me dijo que no corriera, no lo escuché, porque mi cerebro lo único que podía pensar era en esa bonita y tierna sonrisa que había llegado a amar y que cada nanosegundo estaba alejándose más de mí.

¡Quédate!

¡No te vayas!

El cartel sobre el ultimo pasillo indicaba que la sala de espera 5 era hacia la derecha, pero cuando estuve a dos pasos de girar para seguir corriendo, una camilla me cortó el paso.

¡Joder!

La camilla era pulcramente blanca, y lo único diferente que pude apreciar en ella, fue una cabellera de rojo tóxico que hizo a mi mundo parar de golpe.

SeungMin.

-¡SeungMin!- Pero los médicos y enfermeras solo siguieron su apresurado camino llevándose la camilla cada vez más lejos por el pasillo en dirección a una puerta que rezaba "Quirófano"- ¡SeungMin!- Volví a gritar con la vista nublada. Pero esta vez ya no había nadie en el pasillo.

¡No!

-¡No!- Mis piernas dejaron de sostener mi peso y caí de rodillas al piso con mi rostro entre mis manos- ¡No maldición!.

¡No te vayas! ¡Quédate a mi lado, por favor!

Ya no había manera de parar las lágrimas, caían de manera tan descontrolada acompañadas de sollozos irreprimibles que aunque lo hubiera intentado con todas mis fuerzas, no hubieran parado.

Me sentía desamparado, completamente sólo, a la deriva en un mar de emociones que no sabía controlar, ni siquiera describir. Mis manos comenzaron a temblar con fuerza, quería que fuera un sueño, una pesadilla, que al despertar yo pudiera estar en mi cama, mi teléfono vibrando con un nuevo mensaje suyo, me sentía al borde de un ataque de pánico, y sólo pensar en la escena que en breve comenzaría a desarrollarse en esa sala me producía ganas de vomitar, sentía que el mundo daba vueltas, el suelo bajo mi piel giró en todas direcciones y cuando estuve a punto de desfallecer, fue que sentí una mano en mi hombro.

Jeongin me miraba desde arriba, lloraba tal vez más que yo y se veía como un desastre, todos éramos un maldito desastre. Sus labios emitieron algo que no escuche, pero fácilmente podría decir que se trataba de algo similar a un "lo siento" ante el cual yo sólo atiné a bajar la cabeza y asentir, ¿qué sentía él? mierda, yo era el que lo sentía, porque había llegado tarde, malditamente tarde, como siempre, mientras que él, había sido quien había estado todo ese tiempo siendo el apoyo de SeungMin, ¿Por qué lo sentía entonces?, ¿por mí?, ¿por mí que nunca supe ver lo que tenía en frente?, ¿porque fui lo suficientemente iluso como para creer que esta sería una historia de cuento de hadas en donde nos encontraríamos románticamente y todo a nuestro alrededor desaparecería? si era por eso, entonces yo también lo sentía, sí. Sentía lástima de mí y de mi estúpida ilusión.

Te dejé ir otra vez. Otra vez fui demasiado lento. Otra vez te perdí.

Perdóname, SeungMinnie.

Perdóname, Mi Mocoso.

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El resto lo acabo mañana perdón ._.

¡Buenos Días, HyunJin Hyung!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora