Bajé a la cocina por un vaso de agua, pero encontré a mi hermano Oliver con una chica encima de la barra. ¡Akward! Subí las escaleras a toda prisa nuevamente y me tumbé en la cama. Ayer había sido un día muy extraño, hoy sólo quería dormir, pero por alguna razón no podía, las palabras de Austin invadían mi cabeza, junto con las de Christopher y todas las de Jade.
-¡Soy una puta!- grité a la nada
Soy una maldita puta... Christopher siempre tuvo la razón.
-Hermanita, vamos, no eres una puta.- dijo mi hermano entrando y sentándose en mi cama- No más puta que yo.
-Tienes razón, pero no lo entiendes.- le dije mirando hacia el techo
-A ver, lo dices porque tienes a Jade y no dejas de pensar en el malparido de Christopher.
"Y porque te acabas de enterar que tu mejor amigo esta enamorado de ti y se dieron un beso y ahora no dejas de pensar en eso."
Maldita conciencia.
-Oliver, vete de aquí. No me amargues.- le tiré una almohada
-Tu problema es grave.- me dijo serio ¿Qué problema?- Sabes que Christopher nunca fue bueno contigo. Te hizo la maldita vida imposible y tu te andabas diciendo a ti misma que no era así. Todo estaba en tu mente. ¿Por qué eres así?
Lágrimas amenazaron con escapar de mis ojos. ¿Y si Oliver tenía razón?
"¡Claro que la tenía! No hubo un sólo día en el que Christopher te tratara bien."
Entonces ¿Por qué me seguía convenciendo a mí misma que me amaba?
"En el fondo sabes que nada era cierto. Él sólo señalaba tus defectos. Jamás hubieron noches de placer infinito como decías, tampoco hubieron momentos dorados ni destellos de luz. Todo era sombra y oscuridad."
¡Dios! ¿Ahora es que vengo a abrir los ojos y a darme cuenta de lo malo que fue mi ex? Luego de estar clavada por sus huesos... por eso le perdonaba todo. ¡Soy una idiota! Pero ya no más. No seguiré sufriendo y en depresión por un maldito que hizo de mi corta vida un infierno.
Dejando mis pensamientos a un lado abrazé a mi hermano como nunca. Al principio se sorprendió pero al instante respondió con gusto.
-Eres el mejor hermano del mundo.- susurré en su cabello
-Lo sé.
Me separé unas cuantas pulgadas y le saqué la lengua.
-Fuera de mi habitación. Hueles a sexo.
Oliver casi se parte el culo de la risa, me tiró un beso y se retiró de mi habitación. Amaba mucho a ese bastardo.
Suspiré. Gracias a mi puto hermano y a mi conciencia pude darme cuenta de que vivía en una mentira.
Pero comoquiera seguí teniendo un serio y grave dilema. ¡Jade y Austin!