Japón

225 14 3
                                    

Esta no era Alice, no en definitiva no era Alice, este era un ser que demandaba sangre que quería dañar.

Y sin más desapareció.

-Japón-

Alice apareció en el campo de batalla, ángeles y demonios se percataron de su presencia.

Los Angeles confiados porque eran más que los demonios, viendo que Alice venía sola sonrieron más por su clara ventaja.

Y los demonios con esperanzas de ser salvados por ‘’ su ama ‘’.

-bienvenida hija del diablo- habló uno de los ángeles. Alice sólo tenía un objetivo, hacer a los ángeles sufrir.

Un ángel tomó a uno de los demonios dándole poca importancia a la recién llegada y lo asesinó sin darle tiempo de poder defenderse.

-Basta- ordenó Alice de manera poco amistosa.

Cabe destacar que Alice no estaba en sus 5 sentidos ya que el odio y rencor predominaban su ser, su razón y su juicio estaban nublados por la necesidad de venganza, por la necesidad de sangre.

-tenemos órdenes y por si no te has dado cuenta estamos a punto de terminar la tarea que se nos ha encargado- dicho esto los ángeles siguieron con sus actos de crueldad.

-¡ALICE!- los demonios ya no tenían fuerzas para luchar, su orgullo no dejaba que agacharan la cabeza y que la persona que les dio un lugar en el mundo no les permitía dar de bruces ante los ángeles, aunque sólo recibían golpes no se dejaban caer y si lo hacían volvían a ponerse de pie.

Alice seguí en el lugar donde apareció, los demonios desesperados gritaban por su ayuda. De 500 demonios que había en Japón, Tokio sólo quedaban unos 200 si no es que menos.

6 demonios fueron al ataque en contra de Alice uno por cada lado sin darle oportunidad de huir, a unos centímetros de que los ángeles pudieran siquiera tocarle un cabello a Alice ella desapareció haciendo que estos chocarán entre sí. Y así comenzó la masacre, la sangre de los ángeles se comenzó a esparcir juntándose con la de los demonios ya inexistentes.

Sariel miraba la escena a lo lejos, con asombro, la hija del diablo estaba masacrando a más de 300 ángeles sin siquiera derramar una sola gota de sudor, mientras esta arrancaba la cabeza de un ángel solo con sus manos sin la necesidad de armas, otros 2 ángeles llegaron por la espalda de la hija del diablo pero estando a dos pasos de distancia sus cuerpos empezaron a despellejarse y sus ojos comenzaron a sangrar, Alice terminó de arrancar la cabeza de aquel ángel y miro en dirección al arcángel, el se topó con unos ojos totalmente obscuros sin brillo, sin sentimientos, llenos de odio, ella sonrió dirigió su mano al suelo, comenzó a temblar los ángeles y demonios restantes veían con miedo la tierra que comenzaba a agrietarse y de ella salían llamas.

-¡detente nos iremos!-  un ángel grito-¡piedad!- el ángel se arrodilló y suplicó, pidió perdón pero Alice no escuchó sus plegarias.

Las llamas tomaron formas, unas de manos y otras de cuerpos, las manos tomaron las piernas de los ángeles que estaban cerca de las grietas comenzando a arrastrarlos al abismo y los cuerpos iban por los ángeles que estaban más lejos. ¡No! ¡Por favor detente! Ángeles gritaban, unos desplegaron sus alas y comenzaron a volar, flechas de fuego detuvieron sus vuelos y estos callejón directamente al abismo de fuego, gritos de agonía y horror se escuchaban.

Un ángel se encontraba cerca de Alice y tomó su tobillo.

-nos dieron órdenes de venir a tomar sus vidas- declaró el ángel aferrándose a Alice cuando una de las manos lo tomó- ¡perdón!- gritó y lo repitió unas 10 veces, Alice se agacho deteniendo la mano que tomaba al pequeño ángel.

-¿crees que mereces piedad? - cuestionó, el ángel vio los ojos de Alice y algo dentro de él cambió, en los ojos de aquella chica aparte de todo el odio que se podía apreciar también había preocupación y miedo por los suyos, el comprendió que el odio estaba gobernando sobre sus acciones, sobre sus emociones- por favor- lágrimas comenzaron a derramarse de aquel Ángel.

Alice lo miro y escarbo en su corazón y solo pudo ver un corazón puro el no había matado a ningún demonio, pero tampoco los ayudó y la culpa lo carcomía por dentro.

Todos merecen piedad.

Todos merecen una segunda oportunidad.

Todos nacen con un corazón puro que es corrompido con el pasar del tiempo.

Son pocos los corazones y almas que se mantienen intactos ante los pecados y ante el odio, son pocos los corazones que no son corrompidos.

Alice acarició la mejilla de aquel ángel limpiando unas cuantas lágrimas

-no heriste a mis demonios, pero no detuviste a los tuyos, tu corazón es puro, aunque no los hayas matado… tus manos ya están manchadas, sere yo quien te mate-declaró- considerate afortunado are de tu muerte menos dolorosa-

-será un honor morir por sus manos- cerró sus ojos esperando su fin. Y así sucedió se desintegró, no soltó un solo grito, no agonizo, no lloro, recibió una muerte tranquila.

Un acto de piedad después de tanta sangre derramada pensó Sariel, aunque estaba llena de odio tuvo piedad de una alma y un corazón puro. Se puso de pie el último ángel fue arrastrado al abismo y las grietas se cerraron.

Sariel dio la vuelta y se marchó.

_____________________

Es un capitulo corto lose pero espero y lo disfruten (:

Se que no actualizo seguido, los tiempos no me dan para dedicarle tiempo a las historias :'(

Psd: si encuentran una palabra que no concuerde me dicen porfa según yo reviso los capítulos pero se me escapan palabras ':(

yo soy la hija del Diablo ..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora