Transmitido Por La Sangre

Padre Gascoigne

La vieja sangre, un descubrimiento el cual la reconocieron como milagrosa. Se la llamo "sangre de los dioses" al inyectarla a una persona la debilidad desaparecía. Un descubrimiento tan poderoso que fue utilizado por Yharnam. El control de esta sangre era dirigida por la Iglesia de la Sanación convirtiéndolos en los más poderosos. Pero esa sangre estaba infectada.

Todos aquellos que habian consumido aquella sangre se habian transformado en horrendas bestias y la Iglesia no pudo mantener en secreto aquella plaga que habia comenzado.

El temor al sufrir el mismo destino los llevo a protegerse detrás de los muros de la Catedral dónde comenzaron con un plan. Ese plan era los cazadores de la Iglesia, cazadores que vestian de blanco y otros de negro con una misión distinta.

Los blancos se encargaban de experimentar con la administración de sangre para que la Iglesia pudiera seguir utilizando la vieja sangre.

Los negros eran diferentes, ellos se encsrgaban de purificar las calles y que la buena sangre los guíe. Sus atuendos negros fomentaban terror en los corazones de los yharnamitas.

Un hombre, un forastero llamado Padre Gascoigne se unió a los cazadores negros, quizá también llevando una bestia interior. Quizá debía ser tratado, podría ver milagros de fé que lo harían cambiar y motivarlo. O tal vez la sed de sangre lo habia llevado a Yharnam.

Era eficaz para la caza y una adicción para la Iglesia. No estaba solo, tenia un compañero era un viejo cazador llamado Henryk, a pesar de ser un anciano era uno de los mejores y era llamativo por su atuendo.

Juntos trataban de acabar con la plaga. Tan solo dos cazadores cumpliendo con su deber.

Gascoigne incluso encontro el amor de su vida, una mujer hermosa de piel blanca y tiesa de cabellos rubios como el mismo oro. Se encontraba fuera de los muros de la Iglesia y se llamada Viola.

En poco tiempo Viola queda embarazada y Gascoigne dejó de lado la Iglesia con la intención de cuidar a su familia, tenia otro objetivo en su vida.

Al pasar los años la plaga continuó y Gascoigne no tenía más opción que evitarla para proteger a su familia y salir en aquella noche que quizas fuera la última en la cual seria un hombre.

                   

Una nueva cazadora se une a sus hermanos cazadores para acabar de una vez con esta plaga en Yharnam. Allí se encuentra con hombres armados con espadas, pistolas, antorchas acabando con quien se encontrara en su camino. Mientras las demás personas sanas se esconde dentro de sus casas con inciensos los cuales evitarian el encuentro con aquella bestia superior.

En una ventana de tantas casas se ve una luz tenue.

                   

¿Quién... es usted? No me suena su voz. Pero si conozco ese olor ¿Es usted una cazadora?

                   

Se oía la suave voz de una niña.

                   

¿Podría salir a buscar a mi mamá? Papá no ha vuelto de la caceria y mamá ha salido a buscarlo. Pero ahora ella a desaparecido. Estoy sola y... asustada.

                   

Una noche de caceria en la que debía encontrar con vida a una mujer, a una madre.

Un hombre vestía nuevamente las ropas negras de los cazadores de la Iglesia. Acaba con la vida de aquellos que poco a poco perdían la cordura y se transformaban en bestias sin darse cuenta que él también lo hacia. Su cordura poco a poco desaparecía y perdía aquel lado humano que alguna vez existió en él.