Alergia a las mariposas.

¿Cómo no fijarme en ti, si tu forma de caminar me atrae?

¿Cómo no ilusionarme si cada vez que me miras con tus ojos marrones me sonríes y bromeas conmigo?

¿Cómo no admirarte si te la llevas bien con todos?

Dime, ¿Cómo evitar enamorarme de ti, si las razones que tuve fueron demasiadas?

¿Cómo evitar que esas chispas de esperanza se encendieran dentro de mí?

Pero te fijaste en otra persona, una realmente de tu agrado. Y duele, mucho más que cualquier golpe, y mucho más que cualquier caída.

¿Y cómo evito esos sentimientos, si casi nunca siento amor? Entonces aprovecho esa linda sensación de las mariposas. Pero terminó mal. Terminó mal porque resulta que era alérgico a esas mariposas.

Y resulta que también soy alérgico para ti. Así que mientras más lejos esté de ti, menos alergia tendrás y mejor te sentirás. Y mientras más cera estés de esa persona de la cual no eres alérgico, estarás más feliz, y sentirás esa ilusión que yo también sentí.

Pero ten cuidado, yo sé que esa persona también gusta de una persona. Y no eres tú. Así que evita el dolor que sentí, y busca a otra persona, así como yo intentaré hacer lo mismo.

Y no te culpo por éste dolor que siento, pero tampoco niego que seas la razón de este.

Y me voy, pidiendo a Dios que mi amistad con algunas personas no termine.

Porque sé amar; pero no sé cómo ser amado.