El libro tenia doscientos caminos distintos, pero solo cinco seguían en función actualmente y solo dos se pueden cruzar en auto. El más Cercano era el paso subterráneo, que atravesaba el mar báltico, se accedía a través de una salida unos trecientos metros antes del cruce fronterizo. No demore ni diez minutos en subir a mi auto y arrancar hacia allí, llame a la policía esperando que me apoyen en algún momento pero sin ninguna esperanza de eso sucediera. Llegue a los túneles y sin pensarlo entre con el auto y aunque se rayaba la pintura en este momento solo pensaba en recuperar a mi hija. Acelere lo más que pude, hasta que a lo lejos divise la camioneta roja que conducían ellos, acelere aún más y con mi auto a ciento sesenta embestí la camioneta provocando que volcara y chocara contra una de las paredes. Por el choque quede inconsciente durante unos minutos, estaba lleno de sangre, y mi cabeza no paraba de sangrar, baje del vehículo y corrí hasta la camioneta, cuando llegue a ella la vi, llena de sangre y apoyada contra el volante, todo indicaba que había muerto producto del choque, las lagrimas se me cayeron de los ojos y la culpa me consumía pero no tenia tiempo para pensar en eso, primero tenia que encontrar a mi niña, gire mi cabeza 180 grados y divise a lo lejos unas huellas que se dirigían al final del túnel. Seguí corriendo lo más rápido que pude y después de unos minutos corriendo los encontré, me avalase sobre él y los dos chocamos contra el frío suelo, y antes de que pudiera seguir golpeándolo, sentí un pinchazo en el brazo y un dolor insoportable, era la primera ves que recibía un tiro y el sufrimiento era tal que no podía pensar en otra cosa, me levante una vez más y antes de que pudiera dar otro paso, sentí otro pinchazo en la pierna izquierda. Volví a sentir el frío del suelo, pero al ver el rostro de mi niña llorando no podía quedarme tirado en el piso, me levante una vez más y logre caminar un par de pasos más, hasta que llegue a la boca de el revolver y sentí un último pinchazo esta vez en el medio del tórax, estaba a punto de desfallecer y sentí el grito de sufrimiento de mi hija, hinque una rodilla y antes de caer al suelo, logre juntar todas mis fuerzas en un último puñetazo directo al rostro, tal fue la fuerza del golpe que cayo al suelo sin volver a moverse. Abrace a mi hija y entre lágrimas choque con el suelo una vez más. No sabia que pasaría conmigo o con mi hija pero por suerte a lo lejos se divisaron unas luces de colores. Desperté a los tres días en una cama de hospital, mi hermana estaba a mi lado junto con mi hija, la abrace muy fuerte y entre lágrimas de alegrías le dije vámonos a casa hija, seamos felices una vez más.
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El amor es mas fuerte
Mystery / ThrillerEsta es la historia que te ara pensar dos veces antes de decir "el amor es una mierda" y la respuesta a ¿Que es el amor?