Prologo

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- "No puedo seguir con esto Daniel, no estoy hecha para seguir con esta clase de vida."

- "Que estas diciendo Gloria, deja de pensar en ti misma por un segundo y piensa en tus hijas ¿que tan solo las vas a abandonar?"

- "Tu sabes que adoro a mis hijas, pero tu escuchaste al señor ricachón ese, tengo talento puedo empezar una carrera, por fin cumplir mi sueño."

Cualquier persona cuerda sabría que esta por pasar. Gloria y Daniel, dos latinos que vinieron a cambiar su suerte en Estados Unidos, padres de dos dulces niñas de tan solo siete y tres años, están teniendo la discusión que marcara el resto de sus vidas y las de sus hijas.

Cualquier persona cuerda también diría que una niña de tres años no debería estar viendo todo esto desde la puerta entre cerrada de su habitación. Que lastima que esa noche no se encontraban personas cuerdas presentes.

- "¿Tu sueño?" – pregunto, con tono sarcástico- "Ser cantante era tu sueño cuando teníamos veintiuno y todavía no conocíamos la realidad americana, los sueños cambian, es tiempo de que dejes de soñar como una necia y aceptes que eres una madre y trabajadora de un empleo con sueldo mínimo que no tiene la libertad de botarlo todo un día por que se le dio la gana."

- "Me he decidido ya, me marchare."- dijo firmemente. Fue el momento indicado para decir esas palabras ya que, al terminar la oración, la pequeña niña de tres años salió de su escondite con ojos llorosos y tristeza planteada en su cara. – "¿Mami?" – los dos adultos la miraron preguntándose cuanto tiempo estuvo parada ahí. La mujer se acerco a ella y la tomo en sus brazos- "Perdóname cariño, pero me debo ir"- la niña se aferro con mas fuerza a la polera de su madre quien planeaba en abandonarla mientras dormía ya que no soportaría ver esos grandes ojos marrones llenos de tristeza- "No te vayas, por favor"- Gloria no quería hacer a su hija sufrir, pero debía marcharse, en su cabeza no existía otra opción- "Lo siento"- se acerco al oído de la pequeña y le susurro palabras dulces, como sacadas de una canción, para ella y solo para ella, en ese instante ambas compartían un mundo en el cual eran la única población- "Eres mi pequeña gota de lluvia que brilla ante la luz. Eres algo grande, nunca lo olvidas." – La madre tomo a su hija de la mano y la llevo hacia su cama. Se aseguro de que la pequeña se encontrara dormida y se marcho, para nunca más volver. 

Hasta el amanecerWhere stories live. Discover now