Una tarde de invierno, a pocas horas de la noche de Navidad, Lee EunKi y Shin JiKyo se encontraban sentadas en el sofá principal del salón cobijadas por una manta mientras bebían un chocolate caliente, en casa de la primera.
Estaban conversando tranquilamente cuando fueron interrumpidas por el sonido de un teléfono.
- ¿Papá, ya estás aquí?
- Si cariño, recoge tus cosas y sal.
Ya era hora de que JiKyo se marchara, cosa que apenaba mucho a EunKi, ya que lo único que le gustaba hacer era pasar tiempo con su mejor amiga, la persona a la que mas quería.
Horas más tarde las dos se encontraban en sus respectivas casas. JiKyo escuchaba música como normalmente hacía, cuando esta fue interrumpida por una llamada entrante, era su mejor amiga, lo cual no le sorprendía.
- ¿EunKi?
- JiKyo, te necesito.
Pocas veces le decía esas palabras, ya se imaginaba lo que era, pero prefirió preguntar.
- ¿Ocurre algo?
- Está pasando otra vez.
- Voy para allá.
Rápidamente finalizó la llamada para dirigirse a su padre, casi rogándole que le llevara a casa de su amiga.
EunKi se encontraba en su habitación llorando, con la puerta cerrada. Como siempre se hallaba con una almohada sobre la cabeza para escuchar lo menos posible los gritos, provenientes de su progenitor.
Mientras, JiKyo intentaba llegar lo antes posible a casa de su amiga, tan nerviosa iba que no se dió cuenta cuando un camión invadió el carril por el que circulaba su padre.
La siguiente imagen fue un completo espanto. Lo último que ella vió fue un agujero negro sin fin.
Su coche había volcado y el camión estaba destrozado. Se formó una pequeña niebla proveniente del humo que soltaban los vehículos.
La calle se llenó de murmullos, y la siguiente imagen fueron dos ambulancias y varios coches de policía.
EunKi seguía en su casa, más calmada, pues su padre se había ido al bar, y su madre a trabajar. Escuchaba música cuando de un momento a otro fue sorprendida por un echo que sucedía muy poco, era su madre. Solía llamarle para preguntarle como iban las cosas o para decirle algo importante, asi que en un simple y rápido movimiento cogió el teléfono y contestó.
- ¿Mamá? ¿Pasa algo? - Preguntó algo intranquila al notar la temblorosa voz de su madre.
- Cariño, necesito que vengas al hospital, es JiKyo...
No puedo sostenerse en pie, el teléfono se deslicó por sus manos, comenzó a temblar, de un momento a otro se levantó como pudo y echó a correr. No sabía que había pasado pero estaba segura de algo, no era nada bueno. Poco a poco su corazón se iba cerrando y las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.
Lo único que necesitaba era esperanza.
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COLD SOUL; jjk
Fiksi PenggemarUn alma fría por culpa de un accidente inesperado y desafortunado envuelve a la chica de cabellos negros dejándola sin seguridad propia. "- No creí que serías capaz de reparar esa grieta tan profunda."