agallas

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Agallas

El ojiazul preparaba unos chocolates calientes, mientras el menor tomaba un baño de agua caliente tal y como él lo hizo hace unos momentos.

 Después de un rato Damian salio con un abrigo largo y unos  pantalones que le quedaban algo pequeño, tomo una bandeja colocando los vasos y algunos pastelitos, camino hacia la habitación, dejándola en la mesita de centro y se siento en la cama  junto al de cabellos alborotados que no decía palabra alguna.

- Entonces… ¿tienes algo que decir? –Pregunto  algo inquieto.

--solo disculpas y excusas mal hechas y tontas

- Damian… -dice grayson  algo incómodo ya que estaban muy cerca- ¿P-por qué  sigues intentándolo?

- Eres hermoso.

- ¿Ah? –gira su cabeza para evitar que el menor le vea su sonrojo- Ya sabes que no me gustan las bromas… ¿Qué es eso de que soy hermoso?

-siempre lo has sido, hermoso, amable, bondadoso alguien genial que puede tener a cualquier persona sin esforzarse pues tu carisma natural lo hace por ti.
 

-y…yo quiero intentarlo Damian-el menor lo miro rápidamente ilusionado por aquellas palabras-pero nesecito que me cuentes quien fue el que te hizo daño cuando eras un niño y te alejo de mí.

-…. ¡n-no quiero!

-debes intentarlo.

-………-Damian temblaba pero dick no iba a ceder quería, de verdad deseaba disipar aquel dolor pero no podría si él no ponía de parte.

Dejando los nervios de lado se subió a la cama y de rodillas abrazo al menor besando su cabello mientras daba palmaditas en su espalda-estaré contigo, lo superemos todo tal y como lo hicimos cuando apenas te conocí.

-¿incluso si v-vuelvo a colocar una araña en tu cama?

-sí.

El suspiro cansado de Damian lo hizo abrazarlo más fuerte, esperando una actitud positiva y más abierta a problemas.

-te lo diré todo.

Finalmente sabremos por qué Damian odia a los omegas con su ser ¡hagan sus apuestas!

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