capítulo tres

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LA SELECCIÓN

Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Lily podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar allí), pero la profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.

LIly no oyó el discurso de McGonagall, pues su mente divagaba en los más profundos de sus pensamientos: ¿Quién era ese chico rubio?

Entonces sucedió algo que le hizo dar un salto en el aire... Muchos de losque estaban atrás gritaron.

─¿Qué es...?

Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligeramente transparentes, se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año. Por lo visto, estaban discutiendo.El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:

─Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad...

─Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?

El fantasma, con gorguera y medias, se había dado cuenta de pronto de la presencia de los de primer año.Nadie respondió.

─¡Alumnos nuevos! —dijo el Fraile Gordo, sonriendo a todos—. Estáis esperando la selección,¿no?

Algunos asintieron.

─¡Espero veros en Hufflepuff ─continuó el Fraile─. Mi antigua casa, ya sabéis.

─En marcha ─dijo una voz aguda─. La Ceremonia de Selección va a comenzar.

La profesora McGonagall había vuelto. Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.

─Ahora formad una hilera ─dijo la profesora a los de primer año─ y seguidme.

Con la extraña sensación de que sus piernas eran de plomo, Lily se puso detrás de un chico de pelo claro, con Ron tras ella. Salieron de la habitación,volvieron a cruzar el vestí bulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron enel Gran Comedor.

Lily nunca habría imaginado un lugar tan extraño y espléndido. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores. La profesora McGonagall condujo allí a los alumnos de primer año y los hizo detener y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Para evitar todas las miradas, Lily levantó la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Oyó susurrara Hermione: «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en la historia de Hogwarts».

Al fondo del pasillo había un sombrero viejo. («¿Tendrá piojos?», se preguntó Lily). Cuando el sombrero cantó una rara canción, todo el comedor estalló en aplausos. Lily dio un aplauso. Jennifer dio dos.

La profesora McGonagall se adelantaba con un gran rollo de pergamino.

─Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en eltaburete para que os seleccionen ─dijo─. ¡Abbott, Hannah!

Una niña de rostro rosado y trenzas rubias salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa.

─¡HUFFLEPUFF! ─gritó el sombrero.

La mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los de Hufflepuff. Harry vio al fantasma del Fraile Gordo saludando con alegría a laniña.

─¡Bones, Susan!

─¡HUFFLEPUFF! ─gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró asentarse al lado de Hannah.

─¡Boot, Terry!

─¡RAVENCLAW!

La segunda mesa a la izquierda aplaudió esta vez. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Terry, mientras se reunía con ellos.

─¡Black, Jennifer!

Murmullos. Y Jennifer se adelantó entre la gente y se sentó en el taburete.

─¡GRYFFINDOR!

Jennifer sonrió arrogante y se fue a sentar a la mesa roja y dorada.

Brocklehurst, Mandy también fue a Ravenclaw, pero Brown, Lavender resultó la segunda nueva Gryffindor, en la mesa más alejada de la izquierda, que estalló en vivas. Lily pudo ver a los hermanos gemelos de Ron, silbando.

Bulstrode, Millicent fue a Slytherin. Tal vez era la imaginación de Lily;después de todo lo que había oído sobre Slytherin, pero le pareció que era un grupodes agradable.

Fueron varias personas antes que Draco Malfoy fuera seleccionado en Slytherin. Más personas antes de:

—¡Potter; Harry!

Mientras Harry se adelantaba, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.

—¿Ha dicho Potter?

—¿Ese Harry Potter?

Minutos después, el sombrero gritó:

─¡GRYFFINDOR!

─¡Evans, Lily!

Lily se adelantó entre la multitud de gente y se sentó en el taburete.

Mhmm... veo mucho valor aquí, creo que lo mejor sería que te mande a Gryffindor, pero igualmente podrías ir a Slytherin. ¿Cual elegiré?

Si me mandas a Slytherin, te meteré a una licuadora y te daré de comer al las ninfas del bosque. Y luego conseguiré que un drakon te coma ─le espetó Lily.

Tienes valor... Bienvenida a...

Lily esperó el grito.

─¡GRYFFINDOR!

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2018 ⏰

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