Un chico ordinario

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Heart 1

“¿Sabe que usted es culpable
de una de las crisis más
importantes de mi vida?
No quiero andar con rodeos:
Creo que estoy enamorado de usted.

(Mario Benedetti)


1

Se bajó los pantalones. Casi temeroso de que alguien fuera a mirar detrás de su máscara de hierro. Porque por ahora no quería que descubrieran la vergüenza por la que estaba pasando.

Sin embargo, tal vez podría afirmar que la suerte no estaba de su lado, ya que su maestro tutor no había asistido; dejando a la clase una hora libre. 

Y en esta ocasión, por su boca fácil y derrota a las mujeres, tuvo que hacer realidad el plan de las chicas. Tomando también venganza por parte de sus amigos. Hasta pudo darse cuenta de las caras de babosos de sus compañeros. Incluso se atrevieron a tomarle algunas fotografías mientras él se negaba esta vez a quitarse la camisa y los zapatos. No quería quedar en pelotas.

No obstante, el punto perfecto del reto propuesto consistía en declararse a su amor platónico en ropa interior de chica. Sin ningún tipo de vergüenza o cobardía.

No podía retractarse.

A pesar de todo, su segunda alternativa era salir con su poca vestimenta por los corredores de la escuela y correr a refugiarse en el baño de los chicos. Esperando así a que la condena terminara. Porque desde luego que sería incapaz de cometer semejante atrocidad, y más aún si se trataba de declarar frente a Trafalgar Law, el chico más serio del instituto. Además de ser el más popular entre las chicas. Recordando las pláticas de muchas de ellas; repitiendo que su indiferencia y frialdad lo hacían condenadamente atractivo.

Aunque, pensándolo bien, él también pensaba lo mismo. Pero ¡¿Cómo carajos iba a admitirlo?!

Al cabo de un tiempo, escuchó el trueno de los dedos de su amada Nami-san insistiendo que terminara de desvestirse y saliera en busca de Law.

Entonces, cuando lo había hecho, Ace y Marco lo obligaron a salir cerrándole la puerta en la cara. Gritando que podría decir la verdad y vivir en paz por toda la vida.

En seguida, Sanji hizo varios gestos y obscenidades;  recordando a la vez la tarea importante. Por eso siguió por los pasillos tapándose su área, pidiendo a los dioses que ningún maestro lo viera así.

Desde luego que lo expulsarían sin dejarle dar una explicación.

Prontamente, sintió como los vellos se le ponían de punta y su rostro se encontraba caliente. Mirando de cuando en cuando el vuelo de encaje color azul de las bragas que habían elegido para él. Asegurando por parte de su linda pelirroja que no le quedaba para nada mal. De hecho, su figura delicada lo hacía parecer una chica. Y eso lastimaba su ego varonil.

Ya que a ningún chico le gustaría que le dijeran eso ¿verdad?

Llegando a la cuenta de tres, Sanji Vinsmoke, sin importar de cual se tratará, abrió el primer cubículo; azotando la puerta.

Pero, en primer lugar, volviendo a pensar en las muchas probabilidades de creer que hoy era su peor día de suerte. Podía contarse como extraordinario. Porque quien diría que el jodido cubículo estaba siendo ocupado por el maldito cabronazo de su existencia. Hallándose frente de él subiendo la cremallera de su pantalón.

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