La novela se divide en dos mundos: por un lado, el de Juan Preciado, que va en busca de su Padre, Pedro Páramo, y por el otro, el mundo de Pedro Páramo, el hombre más importante de Comala. Este resumen fue hecho respetando la cronología de los sucesos. Una de las características de la novela es que está escrita en forma laberíntica, una novela en la que hay que atar cabos: puede estar narrándose la vida de Pedro Páramo y de un momento a otro pasar a la historia paralela de Juan Preciado. La concentración del lector juega un papel importante. Hay que tener en cuenta que Juan Preciado llega a Comala cuando esta ya está deshabitada, desolada; entonces, todo personaje que aparezca en su ayuda o que se comunique con él está muerto. En la historia de Juan Preciado todo hecho de intercomunicación es producido por las voces del más allá, en continua comunicación con el personaje. Por otra parte, de Pedro Páramo se narra un pasado, su niñez, su poderío en Comala, la cantidad de hijos que tuvo con distintas mujeres, su amor por Susana. Pedro Páramo revive en los recuerdos de los ya muertos.
Resumen de Pedro Páramo: presentación cronológica de los hechos, al estilo "capítulo por capítulo"
Juan Preciado llega a Comala, un pueblo desolado (cercano a Colima, en México) en busca de su padre: Pedro Páramo. Su madre se lo pidió antes de morir: que fuera a pedir lo que le correspondía. En el camino, Abundio, un señor que lo guio hasta Comala y que era sin saberlo también hijo de Pedro Páramo, le enseñó a Juan Preciado la Media Luna, tierra de su padre, y lo injusto de tener el apellido de él y de no haber heredado nada. Abundio le dijo que Pedro Páramo había muerto hacía muchos años, y después le indicó el camino para que llegara a casa de doña Eduviges Dyada, a quien le diría que iba de parte de Abundio. Cuando llegó a esa casa, la señora Dyada lo trató muy bien y le informó que gracias a los avisos de Dolores, la madre de Juan Preciado, había sabido que él iba a hospedarse en su casa. Lo extraño era que su madre ya estaba muerta, como Pedro Páramo, y que era imposible que le hubiese dicho tal cosa a doña Eduviges.Pedro Páramo evoca en sus pensamientos poéticos y de recuerdos de infante a Susana, mujer de la que se nota enamorado. Una vez su madre duró buen tiempo tratando de que saliera del baño mientras él pensaba en Susana. Esa vez lo mandó su madre a que ayudara a su abuela con el molino, pero estaba roto y no había plata para arreglarlo porque fue gastada en el entierro del abuelo de Pedro Páramo y en diezmos católicos. Tuvieron que sacar fiado el molino, algunas medicinas y otras cosas en casa de Inés Villalpando.
Doña Eduviges le dijo a Juan Preciado que lo tuteaba porque lo sentía como su hijo “No ve que casi sí eres mi hijo”. Le contó que el día del matrimonio de Doña Dolores, la madre de Juan Preciado, con Pedro Páramo, Dolores le pidió que se acostara con su esposo porque según Saltaperico, el mismo Inocencio Osorio, el conocido como provocador de sueños que abusaba de sus poderes para abusar de las mujeres, le había dicho que esa noche era luna brava y que , por lo tanto, no podía unirse a nadie. Entonces doña Eduviges se acostó con Pedro, pero el cansancio hizo que ni siquiera la tocara; solo entrecruzaron las piernas. Un año después nació Juan Preciado del estómago de Dolores.
Doña Eduviges oyó que se acercaba un caballo. Era el caballo de Miguel páramo, hijo de Pedro Páramo. El caballo se sintió siempre culpable por la muerte de su amo. En un atajo para llegar más rápido a Contla, pueblo donde vivía la mujer que Miguel amaba, se cayó del caballo cuando trató de saltar una cerca. Pedro Páramo pidió la compañía de doña Eduviges. Lo enterró el padre Rentería, a pesar de que Miguel Páramo lo hubiese insultado muchas veces, hubiese violado a su sobrina y asesinado a su hermano.
El padre Rentería pensaba en lo que había hecho y sacaba como conclusión que los ricos eran los que le daban de comer. Recapacitaba sobre el hecho de que no le había dado el perdón a doña Eduviges por haberse suicidado.