¿Nuestra Luna un chico? JimSuKook

Capítulo 1・El comienzo de un desastre

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— ¡Mami! ¡Algo le pasa a Kookie! — Alzó lo más que podía la voz un pequeño niño de cabellos castaños. — Qué tiene kookie. — El miedo carcomía al pequeño niño, viendo a su hermano temblando y sollozando en el piso. —

— ¡Por la Luna! — Aquella mujer rápidamente se puso a la altura de sus hijos, levantando con suavidad la cabecita del pequeño JungKook. — Pero si es solo un niño, no puede presentarse aún. — Preocupada levantó al pequeño, dirigiéndose al cuarto de sus dos hijos, puso a su hijo en su cama. —

— Mami, ¿Qué le pasa a Kookie? — JiMin se asomaba desde la puerta. Sus mejillas levemente sonrojadas y húmedas por las lágrimas de miedo. —

La mujer terminó de arropar a JungKook e hizo un gesto invitando al pequeño JiMin a acercarse. Limpiando con su mandil las mejillas del menor, y dándole un beso en la frente de este.

— Tranquilo bebé, el lobo de tu hermanito se está presentando. Haz algo por mi ¿Si? Ve con tu padre y dile que tu hermano se está presentando. —

El pequeño JiMin asintió con fuerza, haría lo que su linda madre le dijo y ayudaría a su hermano. Saliendo de casa, fue en busca de su padre.
Siendo cargado por su padre, JiMin le contaba lo que pasaba en casa, pues cuando llegue con el mayor y dijo que su hermano no estaba bien su padre de inmediato lo cargo y salió apresurado a su casa, pidiendo a su pequeño hijo que le de detalles de lo que estaba pasando.

— ¡Llegamos! ¿Dónde está Jungkook? — Bajo a su hijo, siendo guiado por el pequeño llego al cuarto de los menores viendo a su esposa al lado de su otro hijo. —

— Se está presentando…— Respondió la bella mujer mientras limpiaba la frente sudorosa de su hijo. —

— Un momento, traeré algo que lo ayudará. — Se retiró de la habitación. —

El pequeño JungKook apretó con fuerza sus manos sobre su pecho, el dolor ahora pasaba a todo su cuerpo, soltando gritos de dolor. En un momento su padre levantó su cabeza y le dio de beber de un pequeño plato hondo.

Ahora el pequeño JungKook dormía tranquilo, siendo vigilado por su padre. JiMin fue alzado por su madre y llevado a la mesa a cenar, tranquilizando al niño qué aún seguía preocupado por su gemelo. Esa noche, la manada se enteró del despertar de un nuevo alfa, solo que este alfa, es dominante.
Al día siguiente muy temprano, el pequeño Jimin despertó, con los cabellos rebeldes se acercó al otro extremo de la habitación, su hermano dormía, ahora sin algún índice de dolor o molestia.

— ¿JiMin? — Dio un pequeño salto el mencionado, viendo a su madre entrar con una sonrisa radiante abrió sus brazos mientras se agachaba, el pequeño corrió a sus brazos escondiendo su cabecita en el cuello de su madre, respirando el aroma a duraznos, aquel aroma lo tranquilizaba y mantenía feliz. — Mi pequeño bebé ¿Por qué estas despierto tan temprano? —

— JiMin quería ver si Kookie estaba bien. — Dijo alzando su pequeños bracitos para luego señalar a su hermano que dormía de forma pacífica. — Mami, ¿Qué le paso a Kookie? —

— El lobo de tu gemelo se presentó cariño, es un alfa muy lindo. —  El pequeño abrió sus finos ojos, la sorpresa y emoción se adueñaron de su pequeño cuerpo. La madre de los gemelos dio un tierno beso en la frente a sus hijos. —

— ¡Mami, mami!, ¡JiMin también quiere presentarse! — La omega pasó de tener su rostro de curiosidad a una de alegría, unas pequeñas risas se le escaparon provocando qué su pequeño en brazos inflara sus mejillas donde un lindo color rosa se posaba. —

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— ¡Nuestra Luna está en camino! ¡Soldados! ¡A sus posiciones! ¡Nadie tiene permitido entrar o salir del castillo hasta nuevo aviso! —